El mundo no le presta atención a quien nunca pasó por nada.
El mundo no oye a quien no tuvo luchas y venció.
Un soldado que nunca estuvo en una batalla, ¿qué mérito tiene para ser condecorado?
Pablo dijo:
… traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús. Gálatas 6:17
La fe que Pablo tenía lo curó de las heridas causadas por la tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro y la espada. (Romanos 8:35)
Sus cicatrices eran el testimonio de que, estando con el Señor Jesús, todo lo malo que sufrimos es cosa pasajera y, al final, venceremos todo.
Para quien se mantiene en la fe inteligente y perseverante, sus heridas de hoy serán sus cicatrices (sus testimonios) de mañana.
Colaboró: Obispo Agnaldo Silva