Los Altos del Golán están situados en una región en el extremo sur de las Montañas del Antilíbano, entre Israel, Líbano, Jordania y Siria. Al oeste, limitan con el Mar de Galilea (formando un precipicio de alrededor de medio kilómetro de altura) y el río Jordán; al sur, por río Yarmuk (Jordania); al norte con el Líbano y el monte Hermón; y al este, están limitados por la meseta de Haurán (Siria).
Los Altos son citados en la Biblia por su nombre antiguo: Basán y se encuentran en los libros de Amos, Deuteronomio, Josué, Isaías y Zacarías, caracterizados por su admirable madera de roble y el fuerte ganado, alimentado por su propia vegetación exuberante y vigorosa. En esta meseta se encuentran las imponentes ruinas de la Fortaleza de Nimrod (erróneamente vinculada al personaje bíblico del mismo nombre, un vigoroso cazador descendiente de Noé, citado en Génesis 10:8-9.). La fortaleza mide 420 metros de largo y 60-150 m. de ancho, está construida con grandes piedras cuidadosamente escuadradas y se ubica en el centro del Parque Nacional de la Fortaleza de Nimrod. En esta parte se pueden contemplar los restos de la escalera de caracol que ascendía hasta lo alto de la torre, pasadizos ocultos, grandes salones, torres de vigilancia, pozos de agua o incluso una mazmorra utilizada por los gobernantes musulmanes.
Esta zona es controlada por Israel, quien la tomó de Siria en la Guerra de los Seis Días (1967). En 1973, en la Guerra de Yom Kippur, Siria reconquistó una pequeña parte de las colinas. A lo largo de la década del 70 se fueron estableciendo asentamientos judíos. Israel intentó anexar el territorio a su estado oficialmente, pero la actitud fue trabada por el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuya resolución (N° 497) afirma ser inadmisible la adquisición de un territorio a la fuerza. En el 2008, la ONU reforzó el apoyo a la resolución en su Asamblea General, con aprobación de 161 a 1.
Como en los tiempos del Antiguo Testamento, los fértiles pastos de Golán sirven para la cría de ganado bovino y caprino. Las colinas están formadas casi en su totalidad de roca basáltica, incluyendo la famosa roca caliza o limestone, muy usada para pisos y terminaciones en todo el mundo. Como el suelo rocoso es difícil de cavar para hacer cimientos, todavía se pueden encontrar en los pastizales los Dólmenes del Golán (foto). Un dolmen es una estructura hecha de piedras erguidas y apiladas (como la famosa Stoneheng de Inglaterra).
Las estructuras del Golán ni de lejos se ven tan bien terminadas o elaboradas como sus colegas inglesas, pero también demuestran la destreza de sus constructores, que consiguieron, en plena Era de Bronce, apilar enormes rocas de decenas de toneladas usando instrumentos muy rudimentarios. Todo indica que los dólmenes de las colinas se destinaban al abrigo de los líderes de los clanes nómades, que vivían en la región. Por este motivo los palacios eran para las autoridades, guardadas con sus debidas proporciones.
Hasta hoy, la imponente Fortaleza Nimrod está en la parte superior de las montañas, con una visión privilegiada de toda el área (muy importante desde el punto de vista estratégico). Originalmente erguido por islámicos, en el siglo 12, la fortaleza y su castillo pasaron por las manos de varios pueblos a lo largo del tiempo. El castillo, ubicado a 800 metros sobre el nivel del mar, también recibió el para nada elogioso sobrenombre de Ciudadela de los Mosquitos, cuyas nubes invaden el lugar de manera insoportable en algunas estaciones del año.
La riqueza natural de las colinas se debe a una serie de factores. La lluvia es más abundante en invierno que otras áreas cercanas. Después del invierno, el hielo montañoso se derrite y forma riachos que riegan la región. El deshielo también llena las abundantes nacientes locales, incluso algunas del río Jordán.
Ahora sí podemos entender porqué diferentes países quieren dominar esta zona, además de la obvia posición estratégico- militar.
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