A lo largo de la vida siempre enfrentamos dificultades, a veces parecen situaciones irremediables como la pérdida de una empresa, un negocio o una propiedad, el nivel de vida cambia drásticamente y parece que no hay una salida, sin embargo, en ese momento es cuando menos se deben bajar los brazos. En la historia bíblica tenemos un referente que luchó por recuperar todo lo que le habían robado a su familia.
Abraham, un ejemplo de fe, ante la noticia de que su sobrino Lot había sido llevado cautivo no se lamentó, sino que tomó una actitud para recuperar todo lo robado. De manera inmediata reunió a 318 valientes que lo acompañarían a luchar para traer de regreso a su sobrino, su familia y todas sus pertenencias.
La determinación de Abraham en recuperar lo robado es la misma que debemos tener nosotros para recuperar lo que nos fue arrebatado, lo que hemos perdido y lo que nos ha sido robado.
“Tomaron también a Lot, hijo del hermano de Abram, que moraba en Sodoma, y sus bienes, y se fueron.
Y vino uno de los que escaparon, y lo anunció a Abram el hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre el amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, los cuales eran aliados de Abram.
Oyó Abram que su pariente estaba prisionero, y armó a sus criados, los nacidos en su casa, trescientos dieciocho, y los siguió hasta Dan.
Y cayó sobre ellos de noche, él y sus siervos, y les atacó, y les fue siguiendo hasta Hoba al norte de Damasco.
Y recobró todos los bienes, y también a Lot su pariente y sus bienes, y a las mujeres y demás gente.”, (Génesis 14:12-16).
Si usted se encuentra en una situación que parece no tener salida, acérquese al Congreso para el Progreso y participe del Gran Clamor de los 318, miles de personas ya lo han hecho y hoy cuentan cómo lograron cambiar su economía.
Sea uno de los 318 valientes este lunes a las 8, 10, 12, 16 y especialmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
Ellos recuperaron lo perdido
“Empezamos a luchar en el Congreso para el Progreso porque nuestra vida económica estaba mal, todo estaba trabado, no nos alcanzaba el dinero para pagar las deudas.
Luchando y perseverando con determinación conquistamos dos casas, dos camiones, dos camionetas, una empresa de distribuidoras de bebidas, además tenemos un kiosco y seguimos prosperando”.
“Llegué al Congreso para el Progreso con una deuda de aproximadamente 150 000 pesos, con la vida trabada, la plata no me alcanzaba para nada. Perseverando los lunes en el Congreso conquistamos dos casa, a una la estamos terminando y hace tres años que la otra propiedad nos permite obtener ingresos del mercado inmobiliario. También conquistamos dos autos, el último 0 km hace dos semanas”.
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