Aunque la expresión mal aliento sea la más comúnmente usada, el término médico que define un aliento desagradable es halitosis. El término surgió por la primera vez en 1921, en un rótulo de un enjuague oral americano. Se estima que hasta cerca del 30% de la población mundial padece con frecuencia este problema, que se presenta sin mostrar predilección por el sexo, edad ni clase socioeconómica.
En los Estados Unidos, es el tercer motivo de consulta más frecuente en el dentista (después de la caries dental y de la enfermedad periodontal). Aunque el término médico halitosis sea relativamente reciente, es una de las patologías más antiguas y problemáticas con impacto en la coexistencia social.
Diversos indicadores físicos y la percepción del paciente sobre su estado de la salud influencian la calidad de vida. Las personas que clasifican su salud oral de insatisfactoria son personas menos felices y presentan una menor autoestima. Varios instrumentos de medida, a saber ‘oral health related quality of life measures’ (OHQoL), preconizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), han sido desarrollados para evaluar hasta que punto los diversos problemas bucodentales afectan la función física y psicosocial, y la satisfacción con la vida.
Según los datos recogidos en la primera consulta de centenas de pacientes que demandaran tratamiento en los centros clínicos, los pacientes sin halitosis genuina (casos de pseudohalitosis y halitofobia) fueron los que reportaron el impacto más elevado: 25,0 y 19,2 respectivamente. Los pacientes con halitosis del tipo verdadera o genuina obtuvieron 16,9. No obstante, en cualquiera de los casos, los valores son bastante elevados. Después del tratamiento, hubo una disminución del valor del índice en cerca de 40%, para valores próximos de los 10 puntos (dentro del espectro normal).
La prevalencia verdadera de esta enfermedad es reportada de 24 a un 25% de la población, es decir que 1 de cada 4 personas posee mal aliento. Se ha estimado que de 20 a 90 millones de personas sufren de halitosis crónica en el mundo y se sabe que el 90% de la población tienen un grado de mal aliento periódico por la mañana sin que esta sea considerada como enfermedad si no como una condición incomoda de la especie humana al despertar.
Halitosis: un tema tabú hoy en día
Del mismo modo que sucede con otras enfermedades “vergonzosas”, en la mayoría de los casos se oye hablar sobre el mal aliento cuando es un tema jocoso de bromas y escarnio. Se ha demostrado que el hecho de que una persona se sienta insegura en relación a su proprio aliento, sin que lo discuta convenientemente, suele resultar en serios prejuicios psicosociales. Alrededor del 20% de los pacientes que han acudido a la consulta nunca fueron informados o nunca preguntaron a las personas más cercanas sobre la existencia de la halitosis.
Las justificaciones prestadas fueron el miedo de una respuesta afirmativa o el temor de ser juzgados (todavía se asocia el mal aliento a la mala higiene). Por otro lado, aquellos que conviven con una persona que padece halitosis se caracterizan por un gran pudor sobre este tema, y difícilmente le advierten sobre el problema.
El mal aliento puede ser causado por:
– Absceso dental
– Alcoholismo
– Caries dental
– Prótesis dentales
– Consumir determinados alimentos como repollo, ajo o cebollas crudas
– Tomar café y otras bebidas
– Enfermedad de las encías (gingivitis, gingivoestomatitis)
– Mala higiene dental
– Tabaquismo
El aliento fresco y perfumado
Ha sido un interés generalizado en todos los tiempos y lugares, y llevó a la gente a ensayar recursos muy variados para lograrlo. La verdad científica dice hoy que no es un objetivo remoto inalcanzable, pero el público sigue apelando a recursos pasajeros o directamente inútiles que generaron una industria que, en los EEUU solamente, significó un gasto superior a los mil millones de dólares.
En nada difiere eso del uso de clavos de olor, como hacía mi abuela y aún se hace en Irak, por ejemplo, perejil en Italia, semillas de anís en lugares del Lejano Oriente, canela en Brasil, cáscara de guaba en Vietnam, sen sen en la Argentina hace años y mentol, eucaliptol o salicilato de metilo y cuanto se les ocurra a los laboratorios que podría brindar un alivio circunstancial para la halitosis. Como se dijo anteriormente, todos ellos colaboran con el tratamiento para lograr un aliento más fresco o perfumado después de haber sido eliminados los factores que generanhalitosis.