«Bueno es para mí ser afligido, para que aprenda Tus Estatutos». Salmos 119:71
«He sabido de Ti solo de oídas, pero ahora mis ojos Te ven.
Por eso me retracto, y me arrepiento en polvo y ceniza». Job 42:5-6
«He aquí, por mi bienestar tuve gran amargura; eres Tú quien ha guardado mi alma del abismo de la nada, porque echaste tras Tus espaldas todos mis pecados». Isaías 38:17
«No hay paz para los malvados —dice el Señor». Isaías 48:22