La Escuela Bíblica Infantojuvenil (EBI) es más que un lugar para cuidar a los niños que van a la Iglesia Universal acompañando a sus padres, ella ejerce un papel fundamental en el desarrollo de la Obra de Dios.
La EBI atiende en promedio a 1,2 millones de niños entre 0 a 14 años mientras que sus padres participan de las reuniones en las iglesias. Más de 40 mil educadoras están esparcidas por el mundo dedicándose a enseñarle a los pequeños el camino que los lleva a Dios.
En Angola, África, más allá de la concientización sobre los valores y responsabilidades que una persona debe tener, la Escuela Bíblica también apoya a los familiares de los pequeños.
Recientemente, la EBI realizó una acción social en la Escuela Blacende, una aldea ubicada en una área remota de la Provincia do Bengo, en la comunidad de Quicabo/ Caxito.
La acción contó con el apoyo de 160 educadoras, que distribuyeron donaciones a más de 1,1 mil personas de la región, entre ellos niños, jóvenes y sus familiares. Se distribuyeron artículos de necesidades básicas, tales como leche larga vida, leche en polvo, pañales, toallitas húmedas, kits de higiene personal para las madres, adolescentes y jóvenes- con crema dental, cepillo de dientes, desodorante, jabón y crema hidratante-, y, para todos los niños: ojotas, juguetes y kits de material didáctico- lapicera, lápiz, goma de borrar y sacapuntas. Todos los que participaron recibieron una vianda.
La Palabra de Dios sembrada en cada corazón
Hace dos años al frente del trabajo de la EBI en Angola, la coordinadora Josiele de Faria relata la importancia del trabajo para los niños: “Lo importante es que aunque ellos se encuentran aislados tengan la oportunidad de conocer al verdadero Dios. Los niños reciben un gesto de amor, buscamos siempre llevar la existencia de un Dios Poderoso, que está listo para escuchar. Por medio de los trabajos como éste realizado por la EBI, también reciben amparo en lo que más necesitan y que muchas veces no reciben diariamente. Lo más importante es saber que la Palabra de Dios fue sembrada en cada corazón y que contribuimos llevando el amor al prójimo, ayudando de alguna manera a quien más lo necesita, no solamente llevando algo material.”
El trabajo de estas voluntarias también se realiza en orfanatos, donde se encuentran niños carentes de cariño y atención.
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