Nuestra vida está basada en elecciones. En todo lo que hacemos es preciso analizar bien las ventajas y desventajas que se presentan en las distintas situaciones. Un período muy apropiado para evaluar nuestro poder de decisión es cuando somos presionados por amigos. A lo largo de toda la vida estamos rodeados de personas que no sabemos muy bien si quieren lo mejor para nosotros o lo peor. Entonces, dependiendo del tipo de “amigo”, y de nuestra autenticidad, podemos volcarnos a lo bueno o a lo malo.
Hay situaciones en que para sentirnos parte del grupo llegamos a aceptar todo lo que nos dan. En otros casos, está quien se acerca a nosotros demostrando cierta preocupación, pero la real intención es solo averiguar e intentar sacar alguna ventaja. En esos momentos, existe quien abandona su propia fe para satisfacer a personas a su alrededor o para no sentirse aislado en el medio en el que vive.
Pero Dios pensó en todo eso cuando orientó a Salomón a escribir Su verdad. Sabiendo que damos importancia a las amistades y que precisamos unos de otros, Dios proveyó lecciones de sabiduría para aumentar nuestro juicio en relación a las cosas equivocadas que siempre nos intentan y buscan corrompernos. Entonces ¿cómo tener un buen criterio en nuestros días?
1º – No se olvide de las enseñanzas de Dios; recuérdelas siempre porque eso prolongará su vida y hará que usted tenga mucha paz. (Proverbios 3:1-2);
2º – Nunca deje de ser leal y fiel; preserve esas cualidades dentro suyo. De esta forma, usted será muy bien visto por Dios y por las personas a su alrededor (Proverbios 3:2-4);
3º – Tenga su total confianza en Dios y no haga de su inteligencia un puerto seguro para apoyarse (Proverbios 3:5);
4º – Siempre que busque hacer algo coloque a Dios en primer lugar, pues Él le mostrará lo que debe hacerse (Proverbios 3:6);
5º – No piense que puede hacer lo que quiera por creerse sabio; cuide en temer a Dios y apartarse de las cosas malas. Esas actitudes les darán salud y serán como un refrigerio en el momento de sufrimiento (Proverbios 3:7-8);
6º – De honra a Dios, ofreciéndole a Él lo que usted tiene como mejor. Si lo hiciera, quedará satisfecho y siempre tendrá en abundancia. (Proverbios 3:9-10);
7º – Preste atención cuando sea reprendido y no se entristezca ni se desanime. Porque Dios corrige a quienes ama, de la misma manera que lo hace un padre cuando le llama la atención a su hijo, él lo quiere bien (Proverbios 3:11-12);
8º – Busque actuar siempre con sabiduría y cautela y no pierda sus cualidades nunca. (Proverbios 3:21);
9º – Extienda la mano a quien lo precise. Siempre hay alguien que necesita algo. (Proverbios 3:27);
10º – No deje a alguien esperando su ayuda, principalmente si usted puede hacerlo en ese momento (Proverbios 3:28). Si nos ponemos en el lugar del que necesita, siempre vamos a lograr ayudarnos mucho más, unos a los otros.
11º – No haga planes contra nadie; mucho menos contra las personas que están a su lado y que confían en usted (Proverbios 3:29). Imagine la decepción que les dará.
12º – Bajo ninguna circunstancia se desentienda con ninguna persona sin razón, principalmente si no le hizo ningún daño (Proverbios 3:30);
13º – Y, no quiera ser igual a los demás, especialmente esos que solo contagian maltrato y agresiones; no haga lo que acostumbran hacer. Dios odia a los que practican esas cosas, pero es íntimo de los que tienen buenas y correctas actitudes. Además, en la casa de los perversos, también habita la maldición. Por lo tanto la bendición reside en la casa de los que viven con rectitud. No se olvide que Dios se burla de quienes arman afrentas, pero da favor a los humildes (Proverbios 3:31-34);
¿Qué puedo esperar de bueno en la vida siguiendo estas máximas?
– Seré prudente y tendré una vida larga, además de riquezas y honras;
– Si actúo con sabiduría, tendré una vida más agradable y tendré dirección en todo lo que haga;
– Si buscara la sabiduría seré más feliz y agradable a los demás;
– Con sabiduría podré realizar cualquier cosa, porque el proprio Dios la usó para crear la Tierra y poner el Cielo en su debido lugar;
– Si guardara esas cosas caminaré seguro, no tropezaré y al acostarme, no tendré miedo porque mi sueño será tranquilo y suave;
– Además de todo eso no temeré a las tragedias que asolan repentinamente. Dios me dará seguridad y guardará mis caminos para que no caiga en trampas.
– Y, por último, si fuera sabio tendré prestigio y honra; en cambio el que ignora la sabiduría atraerá su propia vergüenza.
¡Hay más consejos! No se pierda los tips para librarnos de grandes disgustos…