Dios está totalmente en contra del divorcio, pero como el matrimonio no ha sido valorado por muchas personas en los días de hoy, Él nos enseña que, en el caso de que haya adulterio, la esposa o el esposo puede optar por el divorcio. Mateo 5:31.
“Por lo tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” (Marcos 10:9)
Realmente, cuando Dios une a una pareja, ambos pasan a ser una sola persona, una sola carne, siendo imposible la separación. Pero, cuando el matrimonio no fue “unido” por Dios, y fue motivado por el impulso de las emociones y del engaño del corazón apasionado; sin medir consecuencias, firmaron su compromiso y después se dan cuenta que cometieron un gran error ¿qué pueden hacer?
En este caso, ya que la unión no fue hecha por Dios y sí por la voluntad de la pareja, la decisión es personal y depende de la fe de cada uno al tomar una decisión.
De hecho, cuando una pareja es unida por el Verdadero Amor que proviene de Dios, simboliza la entrega total e incondicional de uno para el otro, ambos serán felices y jamás habrá separación.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16).
Use su fe inteligente y sea feliz.
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