El día a día de muchas parejas está lleno de peleas y desacuerdos. Parece un comportamiento que se repite y va sirviendo de ejemplo para los demás, que pasan a creer que eso es algo normal en el matrimonio. Los problemas son relevados y olvidados, hasta que se vuelven más grandes y entonces puede ser demasiado tarde. Otro problema grave es el vicio a la pornografía, que también es abordado en esta edición de La Escuela del Amor Responde. La pareja Renato y Cristiane Cardoso responden las dudas de Lourane y Deuse.
Lourane – Fuimos amigos durante nueve años y estoy casada hace un año. Teníamos un matrimonio normal, no peleábamos, solo discutíamos a causa de la parte económica. Solo que, últimamente, nos hemos alejado, la relación se enfrió y conversamos cada vez menos. Hasta que un día, sin más ni menos, él me dijo que se quería separar. Dijo que se iría y se fue. Ya hace tres semanas. Está irreductible, solo quiere disfrutar, vivir una vida desordenada y estar con sus amistades. Ese no es mi marido. Yo quiero luchar por mi matrimonio, pero estoy sola y sin fuerzas.
Renato – Es interesante cómo las personas, a veces, no ven que hay problemas en el matrimonio. Solo cuando el cohete explota es que se dan cuenta. Creen que las discusiones y las peleas constantes son normales en el matrimonio. No ven que, con el pasar del tiempo, los problemas crean raíces y se salen de control, comprometiendo el matrimonio.
Cristiane – Esas personas tienen como referencia a matrimonios en los que las peleas son algo común. A muchas personas les parece normal, pues vieron a sus padres peleando y ven a otras parejas haciendo lo mismo. Es normal cuando usted pelea, discute y resuelve. Pero, cuando pelea, discute, nada es resuelto y aquel problema persiste y la pelea sucede nuevamente por la misma cuestión, no es normal. Usted tiene un problema. No piense que el matrimonio es eso, que es una sociedad con un problema eterno en el que se vive peleando por el resto de la vida. No es eso. El matrimonio no es así.
Renato – Si usted vive de esa forma, eso sirve de alerta para que haga algo para que su matrimonio cambie. Ustedes discuten, el tiempo pasa y el problema vuelve. Sucedía con Cristiane y conmigo. Teníamos un problema recurrente, discutíamos, pasaba el tiempo y el problema volvía. Así fueron pasando 12 años y el problema fue empeorando y desgastando la relación. No es porque ustedes pelean, después hacen las paces y los días mejoraron que el problema fue resuelto. Ustedes no resolvieron nada. Si usted tiene un problema recurrente en su matrimonio, sea cual fuere, sea de dinero, sea de sexo, de celos, no resolvió lo que realmente es necesario. Existe una raíz que necesita ser arrancada. Ustedes necesitan buscar ayuda. En el libro de Matrimonio Blindado, nosotros hablamos sobre cómo resolver la raíz del problema.
Cristiane – Vea que usted está casada hace un año. Aún deberían estar de luna de miel, aprovechando para conocerse más. A causa de ese problema que no fue resuelto, comenzaron a enfriarse uno con el otro. Usted ya no tenía un matrimonio normal. Tal vez, ustedes nunca estuvieron bien. Ahora, están viendo la consecuencia de no resolver un problema. Cuando la persona piensa que un problema va a ser resuelto con el tiempo, está engañándose. Es como si estuviese planeando algo peor más adelante. Va llevando, llevando, llevando, hasta que, de la nada, todo cambia. En realidad, no sucedió de la nada. Usted tiene que tener fuerzas, pues, si quiere luchar por su matrimonio, así como lo conquisó hace un año, tiene que cambiar esa mentalidad. Deje de tener pena de sí misma. Deje de hacerse la víctima y ¡vaya a la lucha! No es permaneciendo como está que va a conquistar algo.
Deuse – A mi novio le gusta mucho ver películas eróticas y cree que eso es normal. A mí no me gusta y pienso que está completamente mal. Ayer, me estaba contando sobre un sueño que tuvo conmigo y con otra persona más. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Él dice que no logra controlarse cuando el tema es el sexo. ¿Qué hago?
Cristiane – Termine con ese joven inmediatamente. Si él no logra controlarse, probablemente, tarde o temprano va a traicionarla.
Renato – Él no ve eso como un problema y está intentando traerla a usted a ese tipo de vida. No tenga dudas. Cuando él le contó ese sueño, ¿qué cree que estaba haciendo? ¿Usted cree que estaba pidiendo ayuda? ¿Cree que simplemente estaba haciendo un comentario inocente? No. Estaba queriendo sembrar en su mente esa idea, aquel sueño que tuvo. Es un deseo, un sueño que él tiene de hacer lo que ve en la pornografía. Como Cristiane dijo, es simple y directo: si, como soltero, ese joven no sabe controlarse cuando el asunto es el sexo, no va a controlarse cuando esté casado. Si usted no quiere un problema para su vida, por más que él le guste, termine. Si él le insiste para que no termine, entonces exíjale que resuelva ese problema y se libre de ese vicio. Si usted no adopta ese patrón ahora, él va a imponerle eso, aun después de casados.
Cristiane – Él debe buscar ayuda, como si fuese adicto a las drogas. Muchos hombres creen que es algo normal y no lo es. Es un vicio que hace tanto mal para la relación como para él.
Renato – Es un vicio. Más allá de nuestros consejos, busque más informaciones. Usted, hombre, que es adicto a la masturbación, no crea solo en mi palabra, consulte a un especialista que se dedique al vicio al sexo y descubrirá que un nuevo fenómeno que se viene proliferando, a causa de la pornografía, es la disfunción eréctil, la impotencia masculina. La propaganda de esas películas divulga que la persona va a pimentar la relación, que va a aprender trucos sexuales para conquistar mujeres, pero la realidad es que quienes se hacen adictos a la pornografía desarrollan una impotencia y no logran alcanzar más el desempeño sexual con una mujer real y solo se estimulan con la pornografía. Si usted quiere continuar en ese camino, ¡buena suerte! No diga que no le avisaron.
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