Jesús es la Palabra del Dios Padre enviada al mundo:
Como el Aliento del Dios Padre soplado del Altísimo Trono a través de la Persona de Dios Espíritu Santo.
Jesús Se hizo carne, Se Materializó y Se Humilló tomando la misma forma de la criatura humana que Él había creado.
Lo mismo sucede con todos los nacidos del Espíritu Santo. Son generados hijos del Altísimo Dios, pero, en el mismo cuerpo que vino al mundo. El exterior es el mismo, pero el interior es criatura celestial.
La naturaleza espiritual de los verdaderos hijos de Dios es mostrada en las palabras y en las actitudes. Es como está escrito:
El nacido de Dios es generado por Aquel que viene de las Alturas y quien es generado por las Alturas es nacido de las Alturas y es superior a los nacidos de la Tierra.
El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos. Y lo que vio y oyó, esto testifica; y nadie recibe su testimonio. El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz. Juan 3:31-33
Este texto puede tener la siguiente lectura:
Aquel que viene de arriba es El más importante de todos;
Quien viene de le tierra es terrenal y habla de las cosas terrenales.
Quien viene del cielo es celestial, y habla de aquello que vio y oyó de Dios, pero nadie acepta Su mensaje. Pero quien acepta Su mensaje se torna testimonio de la grandeza de Dios.
Los verdaderos hijos de Dios son generados por el Espíritu de Dios. Son generados por el Altísimo y, por lo tanto, son nacidos de lo Alto.
Sus palabras y actitudes están de acuerdo con las palabras y actitudes de lo Alto. Sus conversaciones y comportamiento son diferentes a los de las personas de este mundo.
Si no, veamos:
¡Dudo que un nacido del Espíritu Santo exhale otro aroma que no sea el perfume del Señor Jesús! (2 Corintios 2:15)
¡Dudo que de sus labios salgan improperios o malas palabras! (Efesios 4:29)
¡Dudo que sus oídos disfruten de las necedades! (Efesios 5:4)
¡Dudo que sus ojos vean pornografía o pierdan tiempo con juegos de internet sin la advertencia fuerte del Espíritu Santo! (1 Corintios 6:19)
Dudo que sus pies anden por lugares impropios y no se desvíen del mal. ¡Lo dudo! (Job 1:1)
¡Dudo que su corazón sienta placer en las obras de la carne! (Gálatas 5:19)
¡Dudo que su mente tenga placer en desobedecer a la Palabra de Dios! (Mateo 7:24)
¡Dudo que los hijos de la Luz se sientan bien en la silla de los escarnecedores! (Salmos 1:1)
Dudo que los hijos del Espíritu sean parte de la juerga de la fiesta de la carne o participen de ella por tv o por internet. ¡Lo dudo! (Romanos 8:6)
¡Dudo que las nacidas del Espíritu Santo vistan prendas de ropa sensuales para atraer la atención de los hombres! (Apocalipsis 3:5)
Dudo que los nacidos del Espíritu quieran casarse con gente no nacida del Mismo Espíritu también. ¡Lo dudo! (1 Corintios 7:39)
Dudo que los nacidos del Espíritu encuentren placer en bailes, discotecas o lugares donde la música, la canción del infierno, estimula a las drogas, al alcohol, al sexo, al sida, herpes, y enfermedades venéreas. ¡Lo dudo! (Colosenses 3:5-6)
Dudo que los nacidos del Espíritu se pierdan la reunión del Espíritu los domingos por la mañana. ¡Lo dudo!… (Hebreos 10:25)
Dudo que los nacidos del Espíritu prioricen más el exterior que el interior. ¡Lo dudo! (Romanos 8:5-8)
Dudo que los nacidos del Espíritu sean esclavos de algún tipo de vicio. ¡Lo dudo! (Juan 8:36)
¡Dudo que los nacidos del Espíritu sean depresivos e infelices. ¡Lo dudo! (Salmos 128:2)
Dudo que si los nacidos del Espíritu caen permanezcan postrados! ¡Lo dudo! (Salmos 37:24)
Dudo que los nacidos del Espíritu sean fracasados. ¡Lo dudo! (1 Juan 5:4)
Dudo que los nacidos del Espíritu se entristezcan por la lectura de este texto. ¡Lo dudo! (Apocalipsis 3:18-21)
Dudo que los hijos de la Luz se mezclen con los de las tinieblas. ¡Lo dudo! (2 Corintios 6:14)