Cuando se habla de mujer moderna, la imagen que se viene a la mente de muchos es la de aquella que trabaja, paga sus propios gastos, no acepta someterse a su compañero, elige la hora y con quién quiere tener sexo, no tiene tiempo para los quehaceres domésticos y sigue la tendencia marcada por los medios de comunicación, aunque para eso sea necesario recurrir a la cirugía plástica.
Esa visión de modernidad femenina, ha sido tan defendida por la sociedad actual, que aquellas que optan por andar en contramano de tales comportamientos son hostilizadas.
Para la mujer que quiere ser moderna, pero que al mismo tiempo no quiere seguir el camino de la mayoría, la escritora Cristiane Cardoso se encargó de enfatizar que eso es posible, mientras que la persona no pierda tiempo con las emociones y se esfuerce en encontrar su propio estilo. En uno de los post de su blog destaca: “La mujer virtuosa es moderna, pero con los mismos valores del pasado. ¿De qué le sirve a usted ser exitosa, independiente, linda, elegante y fuerte, si es infeliz?”
Andar bien arreglada, cuidar su cuerpo, la salud, coordinar los quehaceres domésticos y ser una excelente profesional no es una versión de “Mujer Maravilla mejorada”, que solo existe en los dibujos animados, eso puede ser real. Para Cristiane, la verdadera mujer moderna es la que logra verse en el futuro, conoce su propio potencial, sabe ser práctica, no pierde oportunidades y siempre está mejorando; cualidades que traen beneficios tanto para ella como para los que están a su alrededor.
“Esa mujer cuida a su familia, su economía, su casa, cuida a las personas necesitadas, y además tiene tiempo de cuidase a sí misma”, explica la escritora.
Una nueva imagen
La bloguera Marelis Brum sabe que la tarea de ser moderna, sin volverse vulgar, no es fácil. Por ese motivo ella postea videos con consejos de maquillaje, para el cabello y la ropa, a fin de que quienes practiquen tales enseñanzas trasmitan una imagen actual y discreta.
Imagen que la teóloga Gabriela Oliveira (foto), de 26 años, aprendió a construir y no se arrepiente. Ella cuenta que antes, siempre se vestía con la misma ropa, refiriéndose a polleras y vestidos simples. Ahora, se esmera en lo visual, una actitud que produjo varios elogios de parte de sus familiares. “Ser moderna es ser práctica. Entendí que puedo usar ropa estampada, sin ser ordinaria o vulgar, por ejemplo”, afirma.
Gabriela también usa la modernidad a su favor para organizar el trabajo. Acostumbrada a cargar agendas y papeles, decidió concentrar todo en la computadora. La decisión facilitó su rutina e hizo que dominara la tecnología.
Cristiane Cardoso deja claro que la verdadera mujer moderna no trabaja duro solo con las manos, sino también con la cabeza. Ella siempre está aprendiendo cosas nuevas, siempre está invirtiendo un poco más en sus habilidades. Y no necesita que nadie la mande a hacerlo. Para ella, no es una carga aprender una nueva lengua, aprender a cocinar o aprender un nuevo trabajo.
“Ella está constantemente cambiando y, por eso, siempre está superándose. Su familia la alaba. Y a causa de hacer lo que la mayoría de las mujeres no se preocupa en hacer, las personas se reflejan en ella. De esa forma, ella alaba a Dios de la manera menos popular: en la práctica”, finaliza.