Raquel era una de las mujeres de Jacob, sin embargo no podía darle hijos. Por eso, le ofreció a su sierva Bilha para que pudiera concebir en lugar de ella y así dejara de ser humillada por Lea, su otra esposa (Génesis 30:1-8).
Más tarde, Rubén durmió con Bilha y Jacob se enteró de lo sucedido (Génesis 35:22)
Carácter vs. Deseo carnal
Bilha tenía con Jacob dos hijos y, por lo tanto, lazos familiares, a pesar de ser la sierva de Raquel y de haber tenido relaciones con él por obligación.
Pero no es en la obligación que debe colocarse el énfasis, porque en esos tiempos era normal que el hombre tenga varias mujeres, y sí su actitud, al tener después relaciones con el primogénito de Jacob.
Es como, si en la actualidad, un hijo del primer matrimonio se relaciona con la actual mujer de su padre. Asombra como mínimo, pues la falta de carácter y respeto se destacó en los placeres de la carne.
¿Hay “Bilhas” en nuestros días? Esa mujer que arroja una historia familiar en el tacho de basura por una aventura amorosa o que no quiere saber qué debe hacer para satisfacer sus necesidades personales, financieras y también sexuales.
Las mujeres en la actualidad han perdido el sentido de la feminidad y han sido cada día más sensuales, destacando su lado femenino de manera vulgar y sin barreras sociales ni familiares.
Si usted está preguntándose si su libertad de elección y de expresión de su feminidad ya está en el camino del libertinaje, pare un instante, vea dónde está, qué está haciendo con su vida, con sus familiares. Todavía hay tiempo para corregirse.
No se deje dominar por la sexualidad del siglo XXI, sino enfóquese en su carácter y en lo que Dios quiere para su vida.