Podemos decir que la reina de Sabá era una mujer obstinada, así como muchas. Pero el hecho fue que su obstinación generó fe.
Cuando alguien obtiene la fama de inteligente o alguna cosa que tiene una cualidad óptima, ¿cuál es la primera actitud de los demás? Probar si es real. Y fue exactamente lo que la reina de Sabá hizo cuando fue a conocer a Salomón con respecto a Dios (1 Reyes 10:1).
Realmente su intención fue probarlo, tanto que hizo una lista solo de preguntas difíciles, para ver si Salomón respondía. Y él respondió todas (1 Reyes 10:4).
Después de oír todo lo que Salomón explicó, se dio cuenta de todas las cosas que estaban alrededor de él – casa, comida, siervos (1 Reyes 10:4-5). Solo observando eso, ya se mostraba el gran hombre conquistador que era. Sin embargo, solo después de tener todas las respuestas, la reina de Sabá fue capaz de ver las otras cosas, que estaban muy claramente ante sus ojos.
Y, ¿cuántas mujeres no son iguales? Se quedan buscando respuestas, siendo que ellas están tan cerca, en situaciones tan obvias como las respuestas de cada una de sus dudas. A veces no queremos ver lo que está delante nuestro, preferimos el camino más largo, más obstinado, más doloroso.
Una fe mayor
La reina de Sabá, viendo que la sabiduría de Salomón era aún mayor que toda su fama, creyó en el Dios de Él, pues vio su inteligencia y también todo lo que tenía (1 Reyes 10:9).
La obstinación de ella la llevó a una fe mayor. ¿Podría ser a través de un camino menos osado, sin probar la sabiduría de Salomón? Quizás sí, ella necesitaba ver, su fe estaba relacionada a eso. ¿Cuál es el problema? Ninguno. Eso muestra que Dios puede hablar con todos, aun usando nuestros defectos, Él nos ama y nos dirige de la mejor manera en nuestra vida.
Eso no quiere decir que no necesitamos buscar el perfeccionamiento, sino que Dios está más allá de nuestros defectos. Él usó la osadía de la reina de Sabá, de dudar de la fama de Salomón, e hizo que creyera en Él.
¿Es ella un ejemplo de osadía? Sí. Pero también un ejemplo de que Dios nos habla en los detalles, evitando un posible descontento o un trabajo innecesario. Preste atención a su alrededor, la respuesta está muy cerca de usted.