Entonces, el siervo Arioc se retiró para cumplir el decreto del rey Nabucodonosor, por el cual todos los sabios debían morir. Aunque fuera un militar serio, asustó mucho a los babilónicos tal actitud.
«¿Por qué este edicto de parte del rey se ha publicado tan apresuradamente?». Preguntó el joven Daniel, extranjero capturado cuando Babilonia destruyó Jerusalén.
Y Arioc le contó la historia.
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Nabucodonosor nació 605 años antes de Cristo, fue el hijo mayor del general Nabopolasar, rey de Babilonia. Desde temprano se destacó en el arte de la guerra y, siempre obediente a su padre, luchó en importantes batallas antes de asumir el trono.
Nabucodonosor llevaba el mismo nombre de un gran rey babilónico, que vivió 500 años antes y, por eso, cuando su padre murió, asumió el “II” como complemento. Aunque no tuviera relación con el primer Nabucodonosor, los dos tienen un punto en común: ambos fueron los más relevantes de sus dinastías.
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Impresionado por lo que escuchó de parte de Arioc, Daniel regresó a su casa y oró al Señor. Aquella situación tenía que remediarse, después de todo, él también era uno de los sabios de Babilonia.
Cuando llegó a aquella tierra, 1 año antes, fue escogido para convertirse en uno de los pensadores de Babilonia. Por orden del rey, el eunuco seleccionó a los jóvenes inteligentes y de buena apariencia, que fueran cultos y pudieran servir al rey como sabios. Fueron escogidos Daniel y tres amigos más de Jerusalén.
Por ese motivo, Daniel oro al Señor. A fin de que Él le diera a sus súbditos sabiduría para que los librara de la muerte.
Al día siguiente fue a ver al rey.
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Líder militar eximio, Nabucodonosor asumió Babilonia en 604 antes de Cristo (a.C.), con el objetivo de convertirla en el mayor reino del mundo. Para eso, aniquiló a sus enemigos y obtuvo la hegemonía sobre el Medio Oriente (región aproximadamente equivalente al sudoeste de Asia).
Nabucodonosor luchó toda su vida para hacer de Babilonia la mayor alianza de aquellos tiempos. Y alcanzó el éxito. Por ejemplo, Joaquín, rey de Judá, fue su vasallo durante 3 años.
Durante su reinado, Babilonia se hizo grande en riquezas, tamaño y cultura. Todas las tierras conquistadas eran saqueadas y los sabios del reino eran bien tratados e incentivados a pensar.
Fue durante ese reinado, a pedido de la reina, que fueron construidos los bellos Jardines Colgantes de Babilonia, terrazas escalonadas construidas en patios de niveles elevados apoyados sobre columnas. También, mientras reinó Nabucodonosor, fue creado el zigurat (considerado la morada de los dioses) torre o templo piramidal de 90 metros de altura, con el fin de hacer a Babilonia una digna exponente de su poderío y grandeza.
Además, construyó murallas dobles para proteger la capital, además de un lago artificial que servía como impedimento para entrar en la ciudad. Mandó a hacer un santuario para varios dioses y reconstruyó el gran templo de Bel-Marduk. Sin dudas, fue el más religioso de Babilonia.
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Daniel y sus tres amigos eran súbditos fieles al Señor. Aun cuando todos fueron obligados a adorar a otros dioses o estatuas del rey, se mantuvieron firmes en el monoteísmo; corrieron riesgo sus vidas, pero confiaron en Dios. Así mismo, los cuatro evitaron la rica dieta que el rey ofrecía a sus sabios y estudiantes, pues esa comida contaminaría sus cuerpos y sus almas.
Bendecido por Dios, cuando Daniel encontró al rey aquella mañana, fue capaz de salvar a todos los sabios del reino.
Sucedía que lo que atormentaba a Nabucodonosor era un sueño que ningún sabio supo interpretar. Bajo la orientación divina, Daniel lo logró. Tan feliz se puso el rey que le dio al sabio muchos presentes, además de colocarlo como gobernador de toda la provincia de Babilonia. A pedido de Daniel, los otros tres sabios de Jerusalén también comenzaron a estar sobre los negocios de la ciudad.
Daniel se mantuvo en la corte del rey e interpretó el sueño en el que Dios profetizaba la forma en la que el rey se convertiría. Nabucodonosor iba a ser expulsado del reino que construyó y viviría con los animales del campo antes de adorar al Señor.
Como lo dijo, sucedió. Algunos historiadores defienden que el rey llegó a quedar en estado de locura por un tiempo, creyendo que era un animal. Aun así, se curó y comenzó a adorar al Señor desde ese día hasta su muerte, en 562 a.C., cuando su hijo mayor fue coronado rey de Babilonia.