Para muchos hombres, casarse es sinónimo de prisión. El hecho de poder salir cuando quiera, regresar a la hora que desee y gastar su dinero sin dar explicaciones a nadie son cosas que algunos hombres consideran como las “ventajas de estar soltero”. Esos hombres no están dispuestos a asumir responsabilidades en el matrimonio y actúan como solteros, dejando a sus esposas insatisfechas.
Para el escritor de Matrimonio Blindado, Renato Cardoso, cuando un hombre inteligente se casa, no actúa más como soltero. “Él deja a su familia de origen y forma una nueva familia con su esposa. No tiene la necesidad de estar saliendo con amigos dejándola a su esposa en casa. No piensa solo en sí mismo, porque ahora tiene una esposa que cuidar. El matrimonio siempre está en primer lugar”, afirma.
Ese miedo al compromiso proviene de lecciones equivocadas y del recelo de que su identidad de hombre sea afectada. La psicóloga Débora Cristina de Macedo afirma que los hombres priorizan su espacio. “Ellos tienen cierto recelo de que ese espacio sea invadido y de perder su identidad, tienen miedo de no ser reconocidos y reafirmados por el sexo opuesto y de admitir que son vulnerables”, explica.
El hombre necesita cambiar su postura como marido y como padre. Muchos actúan como solteros y priorizan a otras personas. Pero el hombre inteligente entiende que su esposa es su mejor amiga y que es parte del equipo. Actuando así, tanto el hombre como toda la familia tienen todo por ganar.
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