Todos los días, un hombre tenía el hábito de cuidar las diferentes especies de flores que aparecían en su patio.
Algunas, por experiencia, sabía identificar la especie a través del brote, a otras las descubría solo cuando la planta ya estaba formada.
Entonces, cierto día, apareció un pequeño brote y el hombre, como de costumbre, comenzó a regarlo. Con el tiempo, de aquel brote surgieron espinas. Al darse cuenta de esto, el hombre se desmotivó y decidió dejar de regarlo.
Consecuentemente, la planta se fue secando y dejó de crecer, hasta que no soportó más y murió.
Una pena, porque el hombre no sabía que se trataba de una linda rosa.
Su relación con Dios debe ser continuamente regada.
Muchas personas comienzan a participar de las reuniones en la iglesia con mucha motivación y esperanza en Dios. Son como el hombre que riega las plantas todos los días.
Sin embargo, con el tiempo, dejan de mirar hacia el objetivo principal – que es la Salvación en el Señor Jesús – y comienzan a observar los motivos para abandonar la trayectoria de una vida con Dios, así como el hombre que se fija en las espinas que nacen en el tallo de la rosa.
Surgen los obstáculos, los desiertos, y la persona ya no sabe más cómo ejercitar la fe inteligente y verdadera. Deja que las opiniones de los familiares y amigos influyan en su fe. Acepta las dudas que surgen en el corazón – sembradas por los espíritus malignos.
Entonces, llega el momento en el que abandona la presencia de Dios completamente – como el hombre que dejó de regar la rosa.
No obstante, llegará el día en el que tendremos que presentarle al Señor Jesús nuestra vida espiritual, representada por la rosa. ¿Y qué sucederá si usted presenta un tallo seco y sin vida? ¿A Dios Le agradará?
“Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, Juez Justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman Su venida.” 2 Timoteo 4:8
Reflexione sobre sus actitudes delante de Dios. ¿Se está sintiendo desmotivado para participar de las reuniones? ¿No tiene más ganas de orar y de buscar Su presencia? Entonces, cuidado, porque su rosa ya no está siendo regada.
Si usted quiere recibir una palabra de fe, participe de una reunión en una Universal más cercana a su domicilio. Vea las direcciones aquí. Después, comente cómo fue esa reunión para usted.
No pierda esta oportunidad, porque puede ser la última chance de salvar su alma.
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