Los autos no avanzan y usted está allí detenido en el tránsito sin tener nada que hacer. De repente, escucha aquel conocido sonido avisándole que le ha llegado un nuevo mensaje a su celular. Ya que el embotellamiento en el tránsito es grande, ¿qué mal hay en responder y distraerse un poco? Y, sin darse cuenta, comienza una conversación de texto a través del aparato telefónico y divide peligrosamente su atención entre el volante y el celular.
La joven estadounidense Liz Marks, de 20 años, tenía una compulsión por los mensajes del teléfono y creyó que sería inofensivo conversar con sus amigos mientras conducía. “Pensé que nunca me iba a pasar, pero estaba completamente equivocada”, cuenta, al hablar sobre el terrible accidente que tuvo en el mes de abril del 2012, cuando bastaron algunos segundos de falta de atención para que su auto chocara con un camión, desfigurándola para siempre. Además de esto, la bella modelo también quedó ciega de un ojo, sorda, perdió el olfato y la capacidad de llorar, porque las glándulas que producen las lágrimas también se vieron afectadas.
Sin embargo, dice que la peor parte de toda esta historia fue la profunda soledad que el accidente le trajo a su vida. Ella era una adolescente popular. “La parte más difícil de mi vida después del accidente es que me quedé sola. Mis amigos fueron a la Universidad, yo no, y los amigos que al principio me apoyaron, luego desaparecieron”, relata Liz en un video que hizo para concientizar a los jóvenes sobre el peligro de utilizar el celular mientras se conduce.
La madre de Liz, Betty, dijo que jamás se hubiera imaginado que un celular sería el culpable de casi quitarle la vida a su hija. “Cuando ella comenzó a conducir, mi mayor preocupación como madre era aquella cosa típica de adolescentes: las drogas y el alcohol. No creí que ella estaría conectada a su celular mientras conducía.”
Y no son solo los conductores que se han distraído por el uso del celular, peatones también son atropellados escribiendo mensajes mientras cruzan la calle. En estos momentos en que las respuestas se volvieron tan inmediatas y que no pueden dejarse para después, es necesario tener sentido común y responsabilidad.
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