Hay personas que están constantemente en la iglesia y aún no recibieron la respuesta a sus oraciones. Oran, ayunan, hacen cadenas de fe, otras personas oran por ellas y siguen con los mismos problemas. Esas personas suelen decir: “Dios me abandonó, pues yo ya oré tanto, hice todo lo que tenía que hacer y sigo con el mismo problema. No sé por qué Dios permite que esto suceda…” ¿Pero por qué sucede eso?
En Lucas 12:22 está escrito: “…No os afanéis por vuestra vida…” ¿Qué es lo que sucede cuando una persona está con un problema o una aflicción grande y hace una cadena de fe, ora, ayuna o recibe unción en la iglesia y la respuesta se demora? Se vuelve ansiosa.
¿Qué es la ansiedad? Es el sinónimo de duda, de falta de fe, de una acción constante de satanás en la mente de la persona. Por más que ella haga cadenas, ore, ayune, o se quede las 24 hs en la iglesia, sigue con el pensamiento fijo en el problema y así su fe se vuelve infructífera.
No hay otra alternativa para recibir la respuesta de Dios, a no ser a través de la fe. ¿Por qué hay cadenas de fe en las iglesias? Porque a través de ellas las personas fortalecen su fe y adquieren la confianza y la certeza de que Dios va a solucionar los problemas que las afligen. Sin embargo, no habrá cualquier resultado positivo mientras ellas mantengan la ansiedad en sus corazones. Si se mantienen presas de la ansiedad, están manifestando la duda. Siendo así, no será posible que suceda nada, porque las bendiciones de Dios solamente son alcanzadas por la fe y no hay otro camino. La fe es el único canal de unión entre nosotros y Dios. Por eso, si la fe está reprimida por la duda, ¿cómo es que se podrá alcanzar de Dios una respuesta?
Para que alcancemos las bendiciones de Dios es necesario que vivamos por la fe. Por ejemplo en Éxodo 15:26 está escrito: “…porque yo soy el Señor tu sanador.” Esto ya fue determinado. Entonces, solo es necesario que nosotros creamos y vivamos como si ya hubiesemos tomado posesión de eso.
Si al leer este mensaje, usted estuviera viviendo con ansiedad en su corazón, sepa que jamás va a recibir de Dios una respuesta. Es necesario que, antes, usted se libere de cualquier sombra de duda y ansiedad. Esto no es fácil, pero no será imposible de realizar.
Imposible es cargar la duda y la fe, pues la duda es una característica de las tinieblas, y la fe es característica de la luz. ¿Qué comunión puede haber entre las tinieblas y la luz? No sirve mostrar la fe a través de oraciones, ayunos, cadenas de fe, etc… si usted aún guarda dudas en su corazón, pues todo esto no valdrá nada delante de Dios y su fe se volvería infructífera. Si usted diere oidos a la duda, estará dando oidos a la palabra de satanás. ¡Pero la Palabra de Dios es una Palabra de Fe!
La solución es la siguiente: Cuando usted fuera a orar o a hacer la cadena de fe en la iglesia, en vez de orar por su problema o por la persona que está causando el problema, el marido o la esposa que abandonó el hogar, el hijo que está em los vicios, o lo que sea. Usted debe pedirle a Dios que quite esa preocupación, esa ansiedad de su corazón. Mientras usted se quede pensando en su familiar, ni ellos ni usted van a recibir alguna cosa.
“…No os afanéis por vuestra vida…”, dice Jesús: “Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud.
Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas.”, (Lucas 12:22, 29-30). Por lo tanto, deje de lado su ansiedad, no tenga miedo ni se inqueite. Esta es la solución para cualquier problema, de salud, espiritual, financiero, material, familiar, en fin, cualquier problema. Deshagase de toda duda, preocupación y ansiedad, comience a creer en el poder de Dios y a vivir por la fe.