«No hay paz para los malvados —dice el Señor». Isaías 48:22
«Pero los impíos son como el mar agitado, que no puede estar quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo.
No hay paz —dice mi Dios— para los impíos». Isaías 57:20-21
«La paz os dejo, Mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo». Juan 14:27
«He aquí, por mi bienestar tuve gran amargura; eres Tú quien ha guardado mi alma del abismo de la nada, porque echaste tras Tus espaldas todos mis pecados». Isaías 38:17