Él creció viendo a sus padres contando una serie de mentiritas dentro de la casa. Cosas simples que, a los ojos de los adultos, no tenían la menor importancia. La madre escondía una serie de situaciones del pequeño y pensaba: “Él no entiende, no va a darse cuenta”. Pero él se daba cuenta, después de todo, ¡los niños son muy atentos!
Con tan solo 5 años engañaba bien a sus amiguitos en la escuela. Cuando le gustaba algún lápiz de color de un compañero, se lo escondía en la mochila; si sólo era prestado, ¿qué tenía de malo eso? Engañaba a la profesora fingiendo estar con dolor de panza, esa era su artimaña preferida, entonces la profesora lo dejaba a un costado, lejos de las tareas de la clase.
En otro momento, vio a un amiguito actuar de forma incorrecta con un compañero, pero no le dio importancia, total, nadie lo había visto, no sería él quien se lo contaría al supervisor, aunque un compañero haya sido perjudicado.
Actitudes como esas, son comunes muchas veces, después de todo, los hijos imitan a los padres. Si ellos se “comportan mal” y mienten, los hijos sólo seguirán el ejemplo.
Más que hablar, el ejemplo siempre es lo que llama la atención de un hijo. Si por un lado los padres enseñan que mentir está mal, por qué, en algunas situaciones, ellos mienten?
En una separación, por ejemplo, los padres nunca deben esconderle la situación a los hijos, ellos se dan cuenta de todo. Claro que usted no va a exhibir su vida delante de un niño, pero es importante explicar, de una manera acorde, la verdad, sea dolorosa o agradable. La verdad siempre tiene que prevalecer.
Todos saben que los niños son muy despiertos, ellos se dan cuenta cuando algo está equivocado y, si los padres mienten, pierden la chance de explicar la situación. Mentiras cotidianas ¿cómo pedir que el niño mienta por teléfono, por ejemplo, diciendo que uno u otro no está?, esto es inmensamente prejudiciales en la educación.
Si los padres actúan así, le dan margen a los hijos para que hagan lo mismo más tarde, siendo así no sirve reprenderlo después. Esconder la verdad en situaciones más complejas. Con seguridad es aun peor.
Es importante decir que ningún ser humano nace dotado de ética, tampoco sabe lo que está bien o mal, por lo tanto, lo que determina su conducta en la vida es la educación que recibe.
Todo lazo precisa estar bien ajustado para exteriorizar la belleza que tiene. De la misma forma, la familia: es necesario mantener siempre la verdad en evidencia, para que ninguna extremidad queda mal o fuera de lugar.
Los hijos son tesoros. Si deseamos un mundo más justo, menos violento y repleto de amor, el ejemplo siempre vendrá del interior de nuestro hogar.