Alejandra Martínez enfrentó momentos muy duros en su vida, eso le causó depresión desde pequeña. La consecuencia directa de la depresión fue el aislamiento y poco a poco se fueron sumando los problemas espirituales. A los 15 años de edad, después de muchos años de sufrimiento, ella tuvo la oportunidad de acercarse a la Universal y allí encontró la solución para ese pasado de tristeza y angustia.
Ella participaba de las reuniones y de los propósitos de fe, sin embargo, de repente se enamoró y dejó de lado la fe para darle paso a sus emociones. “Terminé alejándome de la iglesia y si bien me casé enamorada y quedé embarazada a los pocos meses, no fui feliz por no tener esa fuerza que tenía antes”, destaca.
La relación con el paso del tiempo fue volviéndose más distante porque ambos trabajaban en el negocio que tenían. “La relación iba mal y no supe cómo manejar la situación, por eso fui infiel a mi esposo y ese fue el fin de nuestra relación. No lograba perdonarme por lo que le había hecho a mi pareja, me costó mucho reponerme de la mala decisión que tomé”, cuenta.
Ella encontró la tranquilidad que estaba necesitando cuando se acercó nuevamente a la Universal, allí logró desahogarse y encontró la fuerza para perdonarse y comenzar de nuevo a caminar con Dios. Hoy en día ella es una nueva mujer, aprendió de sus errores y ahora por nada deja al Autor de la Fe porque sabe que Él tiene el poder de guiarla para tomar las mejores decisiones y hacerla feliz.
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