Un estudio, realizado por la Universidad de Wisconsin denominado Forgiveness and Physical Health, determinó que perdonar puede evitar enfermedades del corazón. En otra investigación presentada en el 40° Congreso de la SOCESP (Sociedad Cardiológica de San Pablo) se mostró la relación que hay entre el infarto agudo de miocardio y la dificultad para perdonar.
No perdonar genera una mochila pesada de odio, miedo, culpa, tristeza y rabia. ¿Para qué cargar con tanto peso innecesario si además nos perjudica?
Una sabia lección
Jesús dijo: “Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal.” Lucas 11:4.
Si no perdonamos a nuestro prójimo, tampoco Dios nos perdonará.
El ser humano está sumergido en pecados y errores, por eso el perdón de Dios es sumamente necesario para tener una conciencia tranquila y, principalmente, para heredar el Reino de los Cielos.
Perdonar nos hace bien y, entenderlo así, hace que tengamos paz, podamos amar, cuidar y vivir la vida de una manera saludable.
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