“En verdad, ¿no es así mi casa para con Dios? Pues El ha hecho conmigo un pacto eterno, ordenado en todo y seguro. Porque toda mi salvación y todo mi deseo, ¿no los hará ciertamente germinar?” (2 Samuel 23:5)
Por parte del Novio, Jesucristo, ya está todo definido y consumado, inclusive ya pagó el precio para poseer a su novia. La cuestión ahora es ver si ella permanece fiel a Él hasta el día de Su venida…
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