El pasado lunes 6 de abril, miembros del Grupo de Evangelización Carcelaria realizaron un bautismo en las aguas en la Unidad Penal 3 de mujeres de Bower, en Córdoba.
Antes del bautismo, las internas recibieron una hora de orientación personalizada de parte de las voluntarias, que aclararon sus dudas y aconsejaron sobre el cambio en la forma de pensar y la práctica de la fe inteligente. Las veinte mujeres que asistieron al encuentro escucharon una palabra de fe, recibieron una oración fuerte y búsqueda del Espíritu Santo. Luego el Pastor contó su testimonio y procedió a realizar el bautismo.
Finalmente, todos compartieron una abundante merienda y recibieron un kit de higiene personal, cerrando una tarde de entrega a Jesús de cuerpo alma y espíritu.
Pasó de ser un delincuente encarcelado a ser un ejemplo para su familia
En San Miguel de Tucumán se encuentra el Instituto Roca donde los menores de edad cumplen su condena. César participaba de las reuniones que los obreros realizan dentro del instituto. Él sufrió malos tratos en su infancia y por eso empezó a sentir odio hacia sus familiares. Con solo 12 años empezó a ir a boliches, a consumir marihuana y cocaína. “Llegué a plantar marihuana en mi casa para que no me faltara, vivía en la calle, pasaba días sin comer. Eso me llevó a delinquir y lo que más me traumó fue la vivencia dentro de la cárcel, como cama teníamos solo un pedazo de cementó duro donde pasaba frío, estaba atormentado, no tenía paz, no encontraba una salida para mi vida y creía que no iba poder salir de esa situación”, cuenta. En el Instituto lo invitaron a participar de la oración y aceptó: “luego de participar sentí un alivio dentro de mí y pude dormir. Esperaba ansioso el día en el que venían lo obreros a realizar la oración. Participando entendí que era posible cambiar, que Dios me perdonaba”.
César salió en libertad, pagó sus deudas con la sociedad, empezó a concurrir a la Universal, donde se bautizó y fue libre de todos los males, dejó las drogas, perdonó a sus familiares y hoy es un joven feliz. Gracias a su cambio, si mamá se acercó a participar también. “Hoy deseo contarle a los demás lo que Dios hizo en mi vida”, finaliza.
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