“Y no andéis en las prácticas de las naciones que Yo echaré de delante de vosotros; porque ellos hicieron todas estas cosas, y los tuve en abominación.”
(Levítico 20:23)
Como si no bastaran las demás fiestas paganas disfrazadas de cristianas, como la Navidad y la fiesta junina, desde hace algunos años, Halloween, o el “Día de Brujas”, adaptación de una fiesta pagana, pasó a ser introducido en las escuelas. Cuando Dios liberó al pueblo de Israel de la esclavitud del Egipto para llevarlo hacia la Tierra Prometida, le avisó que, si quería agradarlo, Su pueblo no debería andar en las costumbres de los pueblos paganos.
Aun hoy muchos se olvidan de esta advertencia. Piensan que porque Dios es amor, aceptará que anden de cualquier manera. Sin embargo, la Justicia de Dios permanece siendo la misma aún en los días actuales. Es imposible andar con Dios y mantener las mismas costumbres de los hijos de este mundo. Y esto no solo con relación a las fiestas y las fechas conmemorativas, pues no sirve de nada apartarse de las fiestas paganas, pero mantenerse en las costumbres de los hijos de este mundo.
Hoy en día, lo correcto es incorrecto y lo incorrecto es correcto. Mantenerse en la práctica de la mentira, del robo, del adulterio, de los chismes, de los malos ojos y pensar que, aun así, será bendecido por Dios es una locura y una tontería. No se puede hacer la obra de Dios con las herramientas del diablo. Solo se anda en el camino de Dios por medio de la obediencia a Su Palabra. Solo se mantiene en la Tierra Prometida quien se mantiene en la práctica de la justicia. Lejos de las prácticas de este mundo. Cuando establecemos una alianza con Dios, inmediatamente rompemos con el mundo y con nuestra naturaleza humana. A partir de entonces, la guerra por la salvación de nuestra alma es trabada día a día. Sin tregua.
Es imposible andar con Dios y mantener las costumbres de los hijos de este mundo.
Haga clic aquí y vea el mensaje anterior.
Fuente: Libro “El Pan nuestro para 365 días”, del obispo Edir Macedo