Como todos los meses, se realizó un nuevo encuentro exclusivo para hombres en Almagro. En esta oportunidad, el tema fue la disciplina espiritual y la importancia de la oración. Basado en este versículo bíblico, “… entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.”, (Daniel 6:10), el obispo Djalma explicó lo siguiente: “Nosotros no oramos como necesitamos. Ni en calidad ni en cantidad. Les hablo a los que creen. Pues si realmente creemos en Dios y en el poder de la oración, deberíamos recurrir mucho más a este poder de lo que acostumbramos.
La oración es el único medio de comunicación con Dios. Un medio que Él creó y dejó disponible para nuestro uso. Es por ella que vencemos nuestros miedos, recibimos dirección, oímos la voz de Dios, derrotamos a enemigos más fuertes que nosotros, alcanzamos consuelo en medio de la desesperación y sabiduría para nuestras decisiones. O sea, si oramos.
Pero lamentablemente nos equivocamos al intentar hacer todo con la fuerza de nuestro brazo, apoyándonos en nuestro conocimiento o dependiendo de la ayuda de terceros. Oramos de cualquier manera, de manera esporádica, y esperamos ser atendidos porque ‘Dios ya sabe lo que necesitamos”. Pero lo correcto es pensar: ‘Tengo tanto que hacer hoy que no puedo darme el lujo de no orar’.
Considere las responsabilidades de Daniel. El era gobernador sobre 120 príncipes provinciales del ejército babilonio. Su trabajo era tan excelente que sus enemigos no consiguieron encontrar un error en él. Debido a eso, aun siendo judío, extranjero, no había nadie por encima de él en el reino excepto el rey. Alguien podría decir que Daniel no tenía tiempo de orar. Pero en su mente, con todas esas responsabilidades, él no podía quedarse sin orar. Ni cuando orar se tornó ilegal, bajo pena de muerte. Con certeza, él había aprendido esta fe de sus antepasados, como David: ‘Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, y El oirá mi voz.’, (Salmos 55:17).
Los hombres de fe eran disciplinados en la oración. Ellos priorizaban ese contacto con Dios por encima del cansancio, las tareas, los inconvenientes y la voluntad propia. Por eso fueron sobrenaturalmente exitosos”.
A continuación, invitó a quienes reconocían no haber sido disciplinados en este aspecto a acercarse al Altar para hablar con Dios y modificar ese comportamiento.
La próxima reunión será el sábado 7 de mayo, agéndelo para no dejar pasar la oportunidad de ser un mejor hombre.
[related_posts limit=”17″]