Parece una noticia repetida, pero no lo es. Después del paso del huracán Irma, el Caribe fue víctima de una catástrofe natural: un huracán de categoría 4 (de un máximo de 5) alcanzó a Puerto Rico la mañana del 20 de septiembre.
De acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, sigla en inglés), los vientos de este nuevo huracán, llamado “María”, llegaron a 250 km/h en la región del Caribe.
Antes de llegar al territorio de Puerto Rico, el huracán María pasó por las islas de Dominica, Guadalupe y Martinica. Varias áreas quedaron sin energía eléctrica e inundadas a causa de los fuertes vientos.
Lo que llama la atención con respecto al María y a los demás huracanes que ocurrieron este año en el océano Atlántico es la velocidad con la que dejan de ser una “simple” tempestad para adquirir proporciones gigantescas. Al María, por ejemplo, le fueron necesarios solo dos días y medio.
La Universal en Guadalupe
Sobre esta catástrofe, el pastor Claudio Roberto, responsable por la Universal en la comunidad francesa del Caribe, recordó: “Nosotros estábamos promoviendo una movilización de alimentos y de agua para ayudar a la Isla de San Martín, que había sido muy afectada por el huracán Irma. Y cuando estábamos haciendo la movilización para recoger el material, se levantó una tempestad tropical en el océano Atlántico. Las autoridades dijeron que pasaría sobre la región de Guadalupe, pero todos los habitantes estaban tranquilos, porque, hasta aquel entonces, era solo una tempestad tropical. De un momento a otro, el huracán alcanzó su nivel máximo, que sería de 5, en la categoría de los huracanes. Entonces, la población comenzó a preocuparse. Las personas corrieron a los mercados para comprar grandes cantidades de agua. Los mercados – principalmente, en relación al agua – quedaron vacíos, porque la población se preparaba para lo peor. El lunes por la mañana, recibimos la alerta roja, que alertaba a que todo el mundo cierre los establecimientos y entre a sus casas. En ese momento, comenzó a llover mucho, el agua subía muy rápido y por eso hubo inundaciones. Se inundó la casa de muchos frecuentadores. Los vientos eran muy fuertes. Los pastores, sus esposas, obreros y miembros de la Universal de la región salieron ilesos. Poco a poco llegaban noticias sobre sus familiares, quienes también salieron ilesos. La Universal de Guadalupe ayudó con alimentos y más de 20 mil litros de agua embotellada. Ahora nos movilizaremos para ayudar también a los afectados en la región. Los daños en la sede del país fueron mínimos y ya están siendo reparados. Seguimos con todas las fuerzas para ayudar a las personas, ese es nuestro objetivo.”
La Universal continúa recaudando alimentos y agua potable, a fin de realizar donaciones a las víctimas del huracán María. Además de la cantidad que fue donada, ya se han recolectado más de 25 mil litros de agua aproximadamente, que serán distribuidos en breve.
La Universal está presente desde 2007 en la Isla de Guadalupe.
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