Hay personas que nunca están satisfechas. Al contrario, están constantemente en búsqueda de algo. A primera vista, no hay ningún problema en eso, porque esa actitud, incluso, puede parecer una ambición saludable y una forma de crecer y alcanzar metas. Mientras tanto, un análisis más profundo puede demostrar que, si esto supera determinados límites, hace más mal que bien.
Sí, el deseo de vencer es benéfico, pero, algunas veces, puede ser el caso de un problema psicológico llamado insatisfacción crónica, cuando el objetivo no es el crecimiento personal o el deseo de realizar nuevos sueños, sino la sensación de estar incompleto. Es decir, la persona siente que nunca está completa y que siempre le falta algo en su vida. De ahí surge la persecución por más y más, que genera frustración e impide que la persona aproveche las conquistas que ya alcanzó, aunque esto también puede ser una fuga de la realidad.
La psicóloga Neusa Ferrari, de Suzano, San Pablo, explicó que lo que compone la insatisfacción crónica, “según la Organización Mundial de la Salud (OMS), son los diferentes trastornos mentales. Estos se caracterizan por pensamientos y comportamientos disfuncionales, muchas veces con creencias establecidas de percepciones, emociones y comportamientos anormales con los demás y consigo mismo. También puede estar relacionado con el trastorno de ansiedad, que actualmente afecta al 9,3 % de la población mundial, de acuerdo con los datos de la OMS. Uno de los factores está conectado con la profunda inseguridad, una característica de la ansiedad”.
Un vacío “inexplicable”
¿De qué manera se puede diferenciar la ambición saludable de la insatisfacción crónica? Neusa aclaró que estar insatisfecho con algo o alguien es normal. La insatisfacción crónica sucede cuando ese sentimiento es frecuente y abarca todas las áreas de la vida, “cuando eso se generaliza en el sentido de que nada está bien, con comportamientos compulsivos, enfocándose siempre en querer más, incluso teniendo una buena posición social, un buen matrimonio, buenos hijos. Muchos pacientes relatan que tienen un vacío que no saben explicar”.
Por otro lado, no hay nada de malo en querer realizar sueños, ser emprendedor, crecer económica e intelectualmente, o querer lo mejor para sí y para los que lo rodean. El problema es cuando eso se convierte en una obsesión y la persona deja de disfrutar lo que tiene para enfocarse única y exclusivamente en lo que aún no ha conquistado. Estar preso tanto en la zona de confort como en una disconformidad constante son posturas peligrosas. Lo ideal, según la psicóloga, es buscar un equilibrio entre esos dos extremos.
El síndrome de madame Bovary o bovarismo
La insatisfacción crónica también es conocida como bovarismo, un nombre derivado del libro Madame Bovary, del escritor francés Gustave Flaubert, de 1857, en el que la protagonista, en lugar de enfocarse en su matrimonio con un médico y en la hija de ambos, busca obsesivamente relaciones extraconyugales para encontrar la felicidad que cree no tener. Sin embargo, los objetivos de los hombres con los que se relaciona no están en sintonía con los de ella, lo que la lleva a una muerte trágica.
¿Cómo alguien puede identificar a tiempo si se está volviendo o si ya es un eterno insatisfecho como Bovary, para evitar el mismo fin dramático?
“Puede hacerse un autoanálisis”, respondió Neusa Ferrari, “con el objetivo de identificar su manera de estar y ser en el mundo. Por ejemplo: si (y cómo) tolera el fracaso, si se queja de todo, si nada lo satisface, si critica mucho a los demás y si es autoexigente. Son reflexiones que todos debemos hacernos a lo largo de la vida”.
De qué manera buscar el equilibrio
¿Qué debe hacer una persona para encontrar satisfacción en lo que ya tiene, incluso cuando aún no ha alcanzado todos sus objetivos? Según Neusa, “la ansiedad, en un nivel bajo, forma parte de la vida de un individuo. No obstante, esta no debe agravarse, ya que de esta manera traería perjuicios graduales a sus relaciones con las demás personas, en la ‘locura’ de nunca estar satisfecho, queriendo siempre más”. Para la psicóloga, es necesario analizar los errores y fracasos para saber crecer con ellos, y no para repetirlos, en lugar de solo quejarse de todo y seguir equivocándose, sin disfrutar el presente ni alcanzar el futuro. ¿Y de qué manera alguien puede aprovechar el presente, sin dejar de querer realizar nuevos sueños y alcanzar nuevas metas? Neusa explicó que “el autoconocimiento puede ayudar a trazar sus objetivos de manera amena, conocer sus límites, con organización, conciencia, optimismo y paciencia, tener en consideración su educación y cultura”. Es decir, no es necesario abandonar lo que quiere, desde que eso sea idealizado de manera saludable y razonable.
La fe
La estructura espiritual de una persona habla mucho sobre “el antes y el después” de sus límites. Es común que alguien, luego de recibir el Espíritu Santo y contar con Su poder, testifique que sus límites se expandieron tanto que esto superó sus propias expectativas. La fe en Dios, que es más grande que nuestra capacidad humana, nos lleva más allá, y el razonamiento que esta entrega nos proporciona hace que seamos agradecidos por lo que ya tenemos sin perder el deseo de luchar por las futuras conquistas.
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