Buen día, obispo Macedo!
Mi nombre es Claudete Sebben y desde 1986 vivo en Maryland, en Estados Unidos, pero fue recién en el 2001 que mi vida comenzó a transformarse o, mejor dicho, fue cuando comencé a vivir.
Yo estaba en contra de la Iglesia Universal y en contra de usted, al punto de sacar a mi mamá de adentro de la iglesia. Hasta que mi momento de sufrimiento y desesperación llegó, aquí en Estados Unidos. Debía más de quinientos mil dólares, llegué a compartir un departamento alquilado con varias personas, porque no lograba pagar un departamento sola, estaba en la miseria total.
Un lunes, me rendí y entré a la Iglesia Universal, en la ciudad de Washington, muy contrariada, pero entré. ¡Y hasta hoy continúo haciendo la cadena de prosperidad!
Cuando llegué a la Universal trabajaba limpiando casas, pintando paredes, como camarera, incluso pasé por un salón de belleza. Como se puede ver, no paraba en ningún trabajo, tenía una vida indefinida, y, aun así, ODIANDO A LA IGLESIA UNIVERSAL Y A USTED, OBISPO MACEDO, INCLUSO SIN CONOCERLO.
¡Hoy, amo a esta Obra y a la familia Universal, familia de la que usted forma parte y yo también!
A pesar de toda la situación de la economía americana, nuestra empresa MK Catering está viva y molestando a muchos de nuestra competencia de más de veinte años en el mercado. Últimamente, servimos a personas famosas como la esposa del ex presidente Clinton y al actor Michael Douglas.
Además de todo eso, conquisté una compañía de importación y exportación, sin mencionar que tengo un departamento, la casa de mis sueños y, sobre todo, mi comunión con Dios. Todo esto, obispo, es el resultado de mi FE.
Tengo la certeza de que, si no hubiese entrado a la Iglesia Universal, escuchando y aprendiendo con los pastores y obispos cómo poner en práctica mi fe y luchar contra las fuerzas del mal, hoy no sería la Claudete que soy.
Obispo, el día 9 de febrero, estaré en el lanzamiento de su biografía “Nada que Perder” en Nueva York. Quinientos mil dólares era el valor de mi deuda, por eso estaré comprando quinientos libros para regalárselos a amigos, empleados e incluso a autoridades de este país.
Obispo, Le agradezco a Dios por su existencia y por la familia Universal.