“Otro ángel vino y se paró ante el altar con un incensario de oro, y se le dio mucho incienso para que lo añadiera a las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono.” Apocalipsis 8.3
¡Es tremendamente maravilloso saber que nuestras oraciones están guardadas en copas de oro allí en el Trono de Dios! Esto quiere decir que sus promesas son fieles y todas se cumplirán.