La oración es muy importante, pero para ser oída y contestada por Dios debe ser hecha de la manera correcta. No puede ser algo que esté grabado en su mente, Jesús dijo “… todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.”, (Mateo 21:22).
La oración debe ser hecha en cuerpo, alma y espíritu. Como en el caso de Elías, él solo se enfrentó a 450 profetas de baal. Ellos bailaron toda la mañana, se cortaban con lanzas, pero su dios no les dio respuesta. En cambio, cuando le tocó el turno al profeta Elías, puso su ofrenda, oró 30 segundos y Dios respondió con fuego. Es por eso que si usted tiene a sus hijos perdidos en los vicios y ora en cuerpo, alma y espíritu, los pone en las manos de Dios y no se preocupa, el Señor los cambiará completamente.
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”, (Filipenses 4:6-7).
La viuda fue a la puerta del juez todos los días para que le haga justicia, y el juez, dijo para sí: “… aunque ni temo a Dios, ni respeto a hombre alguno, sin embargo, porque esta viuda me molesta, le haré justicia; no sea que por venir continuamente me agote la paciencia. Y el Señor dijo: Escuchad lo que dijo el juez injusto. ¿Y no hará Dios justicia a sus escogidos, que claman a El día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles? Os digo que pronto les hará justicia…”, (Lucas 18:4-8).
Si ora en cuerpo, alma y espíritu estará en paz. En cuerpo, cuando dobla sus rodillas, usando su parte física. En alma, porque manifiesta su sufrimiento, en espíritu es cuando se concentra para imaginar lo que le está pidiendo a Dios en el nombre de Jesús. Él es el camino para llegar al Padre, nos justifica delante del Señor.
“¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra?… pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”, (Lucas 11:11-13).