Una de las claves fundamentales para hacer realidad sus proyectos es la organización. ¿Cuántas veces tuvo ideas muy buenas pero no logró concretarlas? En su mente estaba todo perfectamente planeado: cómo conseguir el capital para el proyecto, dónde iba a ubicar el local, cuál era el perfil de los empleados que necesitaba, cómo iba a publicitar su producto o servicio y cuál era la proyección estimada de crecimiento. Sin embargo, no todo salió como lo planeó. ¿Dónde estuvo el problema?
La falta de organización es un obstáculo común en aquellos que desean lanzarse al mercado con emprendimientos propios. Normalmente es consecuencia de la escasa o nula experiencia, porque para que un proyecto deje de ser una idea para convertirse en realidad hace falta paciencia y un plan de acción detallado y flexible.
El propio Señor Jesús advirtió sobre la necesidad de organizarse y planificar antes de actuar: “Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.”, (Lucas 14:28-30).
Si usted se considera una persona desorganizada, siga estos simples pasos y aprenda a modificar su conducta.
Establezca un orden de prioridades: no todo tiene la misma urgencia ni importancia. Priorice lo importante sin dejar de ocuparse de lo urgente. Trate de llegar al final de la jornada con los asuntos importantes encaminados o resueltos y sin urgencias que resolver. Una urgencia no resuelta hoy puede convertirse en el fracaso de mañana.
Distribuya las tareas: si bien usted es el dueño del negocio, no tiene sentido ocuparse de todos los asuntos a resolver. Aprenda a delegar, porque si no lo hace, cuando quiera darse cuenta estará sobrepasado de tareas y no podrá ocuparse de ninguna. Por ejemplo, usted no puede ocuparse de atender a los clientes y de arreglar un desperfecto técnico en el local. Divida las tareas y verá cómo se soluciona todo más rápido.
Busque la orientación de Dios: no tome decisiones sin tener la certeza de que lo que está haciendo está de acuerdo con la voluntad Divina. Convierta a Dios en su principal Socio y Consultor. Si Él está junto a usted en el negocio, ¿quién podrá impedir su éxito?
Ellos escucharon, obedecieron y conquistaron
Analía: “Llegué a la reunión de los lunes sin trabajo. Cuando conocí la Universal, me invitaron al Congreso para el Progreso. Aprendí a manifestar mi fe y hoy estoy trabajando en una empresa importante, incluso compré mi primer auto 0 km”.
Francisca: “Había abierto mi peluquería, sin embargo, empezaron a aparecer problemas, la clientela empezó a reducirse y terminé cerrándola. Gracias a Dios, viniendo al Congreso para el Progreso pude reabrir mi local y el trabajo se multiplica”.
Gabriela: “Trabajo en una empresa, quería cambiar de área de trabajo y lo logré, pasé al sector de ventas. Mi nuevo objetivo fue empezar a vender en el interior y ya tengo clientes en Mendoza, Chaco, Formosa, Corrientes y Misiones. Perseverando, gracias a Dios lo estoy logrando”.
Oscar: “Soy abogado, trabajo en una mutual, este año obtuvimos dos sentencias favorables en casos que venían bastante complicados. Gracias a Dios, la semana pasada cerramos trato con una empresa para intervenir en una causa muy importante”.
Congreso para el progreso, todos los lunes a las 8, 10, 16 y especialmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro
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