Hace unos días, una calle concurrida del distrito de Yongchuan, en el sur de China, fue el escenario de una escena inusual: un niño, de solo 10 años, de rodillas en un cajón de plástico y crucificado (imagen de al lado).
Quien lo hizo eso fue el propio padre del niño, después de que el niño lo desobedeciera y no hiciera los deberes. El padre se enteró porque los profesores del niño le contaron la situación y, como no era la primera vez, decidió humillarlo delante del local de la familia.
“No fue nada grave”, declaró el hombre a las personas que fotografiaron la escena. “Es solo una broma para que él aprenda sobre la responsabilidad.”
La importancia del equilibrio
Cada familia tiene sus propios hábitos y reglas, generalmente buscando el bienestar de sus integrantes. Ser padre o madre no es fácil, requiere esfuerzo, pero, principalmente, equilibrio.
El padre que crucificó a su hijo en la calle piensa que actuó bien, pero la Biblia orienta: “padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” (Efesios 6:4). Pero la amonestación del Señor predica la reflexión antes de tomar actitudes, la razón sobre los sentimientos, el autocontrol contra la impulsividad.
El escritor y conferencista Renato Cardoso, explica que los padres deben actuar en conjunto para determinar límites y reglas a sus hijos, buscando el bien de ellos. “Comunicar bien esas reglas a sus hijos y no tener miedo de aplicarlas.”
Sin embargo, él recuerda que el objetivo es protegerlos del mundo y de ellos mismos, pero sin excederse en la dureza y el rigor. “Los padres deben ser equilibrados, permitir ciertos errorcitos de sus hijos y no estar encima de ellos todo el tiempo por cualquier cosa. Pero, en las cosas principales, deben ser firmes y justos.”
Y usted, ¿qué opina sobre la actitud tomada por este padre en la China? Responde la encuesta:
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