Incluso ante el fracaso, un error o una caída, hay una oportunidad para recomenzar. Descubrí cómo es posible
Muchas son las personas que no ven una salida para sus vidas, están ante tantos problemas que todo lo que más quieren es “reiniciarse” y hacer todo diferente. Pero ¿qué pasa cuando la caída, el fracaso y el sufrimiento son resultados de las malas decisiones que tomaron? Pierden la familia, el matrimonio, la salud y, muchas veces, lo pierden todo. Ante ese escenario, se encuentran angustiadas y con una terrible sensación de que todo está perdido. ¿Sabían que pueden nacer de nuevo? La excelente respuesta es que sí.
Dios es un Dios de recomienzo. Así como está escrito en Génesis, Él le dio una oportunidad al mundo luego del diluvio. Además, en diferentes pasajes bíblicos está demostrado que Él permitió que personas que estaban en el camino equivocado o que tenían sus vidas destruidas recomenzaran. El Señor Jesús hizo lo mismo cuando estuvo en la Tierra. La mujer sorprendida en adulterio, por ejemplo, que fue acusada por los religiosos de la época, que sería apedreada, como lo ordenaba la ley, Jesús le dijo:
“Vete y no peques más” (Juan 8:11).
Ella fue libre de lo que sucedería y recibió la oportunidad de recomenzar.
También está el ejemplo de Zaqueo, que decidió recomenzar su historia. Era un hombre rico, jefe de los cobradores de impuestos, conocido por su mal carácter. Al saber que Jesús pasaría por Jericó, Zaqueo deseó conocerlo. Sin embargo, al ser de estatura baja, no podía ver a Jesús, y decidió subirse a un árbol; esa actitud llamó la atención del Maestro, quien le dijo que se hospedaría en su casa. Eso impactó tanto en Zaqueo, que decidió restituir cuatro o cinco veces más a quienes había estafado y donar la mitad de sus bienes a los pobres; es decir, se volvió un nuevo hombre (Lucas 19:1-10).
Así como los ejemplos ya mencionados y otros tantos que están en la Biblia, es posible observar que, a lo largo de la historia de la humanidad, Dios siempre fue y es misericordioso e intenta ayudar al caído, fracasado y errante a recomenzar. Él está dispuesto a permanecer con los que Lo buscan, pero es necesario dejar de mirar hacia atrás, como dijo el apóstol Pablo:
“… pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”, Filipenses 3:13-14.
Nuevo nacimiento
Recomenzar no es fácil, pero es posible. Para que eso suceda de manera eficaz, es necesario nacer de nuevo. ¿En qué consiste este nuevo nacimiento? En la decisión de reconocer los pecados, arrepentirse y abandonarlos. Esta actitud es evidenciada por el bautismo en las aguas. Después, es necesario que la persona busque al Espíritu de Dios.
“Nicodemo Le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios”. Juan 3:4-5
Cuando Jesús le dijo a Nicodemo que necesitaba nacer de nuevo, a pesar de ser un hombre religioso y considerado una persona íntima de Dios por la sociedad de la época, no logró comprender el lenguaje del Señor Jesús. En este pasaje bíblico, el Señor explicó que es necesario que la persona nazca del agua y del Espíritu, es decir, de la Palabra y del Espíritu Santo, y eso dice respecto al arrepentimiento. Cuando una persona se arrepiente de su pasado y se vuelve a Dios con sinceridad, ella es la misma físicamente, pero con un nuevo corazón, una nueva mente, con un pasado enterrado y se convierte en una nueva persona.
Aunque el bautismo en las aguas es un elemento básico, no es suficiente para que se produzca el nuevo nacimiento. Para ese milagro, es necesario la presencia del Espíritu Santo, que es el agente esencial de esta acción Divina. Él es la fuente de agua purificadora que fluye hacia la Vida Eterna. En el Espíritu Santo hay poder transformador para los que desean nacer de Dios y vivir conforme a Su voluntad.
De esta manera, nacer de nuevo marca en la vida de la persona un antes y un después. Así como la historia de la humanidad fue marcada en dos partes luego de la llegada del Señor Jesús al mundo, la vida de una persona también es dividida cuando Él entra en ella. Porque la única manera de que alguien que tiene un pasado torcido recomience es teniendo a Jesús en su vida, además de nacer del agua y del Espíritu.