Stefania Deligelisch fue presentada a los espíritus a los cuatro meses de vida, su madre pensaba que de esa manera estaba garantizando la protección para su hija, sin embargo, sucedió todo lo contrario… A los 13 años tuvo que trabajar para ayudar con la casa, así comenzó con los vicios para evadir una realidad muy dura.
“A los tres años sufrió un abuso por parte de un familiar de mi papá, de 15 años, eso me traumó, despertó mucho odio en mí. Crecí con rencor hacia los hombres, a los cinco años de edad mis padres se separaron, mi papá nos abandonó. Mi mamá tenía un matrimonio feliz, pero desde que buscó a las entidades todo se destruyó”, relata.
Empezó a odiar a su papá porque su mamá debía trabajar todo el día para cuidarlos y al regresar lloraba por la separación. “Ella era muy nerviosa y descargaba las tensiones en nosotros. Como no estaba en casa todo el día necesitaba que nos cuidara alguien más. En un momento nos deja a cuidado de una vecina, a los 6 años abusa de mí una chica de 14 años, yo no me daba cuenta porque era como un juego, hasta que pasó algo por lo que dije que no quería seguir yendo a esa casa, le dije a mi mamá que no quería volver a ese lugar pero ella pensaba que era un simple capricho. Llegué a pedirle por favor al chofer del colectivo escolar que me dejara en la casa de una tía con tal de no ir a esa casa…”, agrega.
A la noche Stefania soñaba que la perseguían, que la torturaban, soñaba con cosas enfermizas, con la muerte de familiares y se despertaba llorando. En la adolescencia se dio cuenta que de chica había sido víctima de abusos sexuales, pero no culpó a su mamá porque ella hacía de todo para cuidarlos.
“A los 17 fumaba un atado por día y consumía alcohol a diario, consumía cocaína, marihuana y crack como una diversión hasta que en un momento me sentía vacía”, relata y agrega que quería matarse y también pensaba en matar a su padre, en ese momento comenzó con la anorexia nerviosa y ataques de pánico.
Cuando le dijo a su mamá que ya no soportaba estar viva, su mamá la le dijo que había un lugar donde podían ayudarla, así ella llegó a la Universal. Comprendió que necesitaba liberarse de todo lo que la hacía sufrir, le costó, pero a través de la fe y su perseverancia en las reuniones y en la Hoguera Santa logró ser libre de todo lo que la atormentó por años. Dios restauró su interior y la llenó de fuerzas para luchar por una vida diferente. “Mi vida cambió, superé los traumas, dejé todos los vicios, económicamente avancé y recibí el Espíritu Santo. Hoy puedo sonreír porque Dios hizo todo nuevo en mi vida”, afirma.
Participe usted también de la reunión de la Cura de los Vicios y compruebe en su vida o en la de un ser querido que existe una salida para este mal. Lo esperamos este domingo a las 15 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
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