A pesar de ser cristianos y conocedores de la Palabra de Dios, corremos el riesgo de ser absorbidos con preocupaciones terrenales y temporales, de manera que, sin darnos cuenta, estamos involucrados más allá con este mundo. No estoy diciendo que hemos incurrido en practicas pecaminosas, pero estamos encantados, al punto de apreciar muchísimo aquello que “es permitido, es legítimo y hasta correcto”, pero que hacen parte de esta vida y no del Reino de Dios. Esos son los placeres aparentemente inocentes, que han robado el crecimiento espiritual de muchas personas.
Para conocer el verdadero estado del alma, basta hacer una prueba rápida sobre lo que más deseamos y lo que más ocupa nuestra mente. Por ejemplo, si nuestro mayor anhelo no es por Dios y por Su Palabra. Si Él no es Quien hace que mi corazón Lo desee más que todo en este mundo, significa que no tengo suficiente hambre de Él.
¡Así es! La falta de hambre por el Todopoderoso en nuestro medio ha sido grande, ¿sabe por qué? Las personas están repletas de otros deseos.
El interior está lleno de cosas “más fascinantes” que les dan más placer que el Señor. Por esa razón, la propuesta del Ayuno de Daniel es muy necesaria para nuestros días.
La práctica del ayuno, como herramienta espiritual, es muy antigua, así que, cuando el Señor Jesús enseñó en el evangelio de Mateo sobre el ayuno, dijo: “Y cuando ayunas (…)” (Mt 6:16). Con el “cuando” se infiere que todos ayunaban. Esta afirmación presupone que el ayuno era algo muy común en aquellos días, y también debe ser contemporáneo y actual para nosotros.
A principio, el entendimiento de la palabra “ayuno” significa una abstinencia total o parcial de alimentos y agua, pero también abstenerse de placeres o de aquello que es bueno para tener aquello que es aún mejor. O sea, nos desprendemos de aquello que es agradable por lo que es excelente; de lo que es imperfecto por lo que es perfecto; de lo que es efímero por lo que es eterno.
Sin embargo, sólo logran entender, aquellos que dan prioridad a lo que es prioridad: su comunión con Dios.
[related_post themes=”flat”]
[related-content]