Rocío Borda y Matías Salica hoy disfrutan de una vida bendecida, pero no todos sus días fueron de felicidad y comprensión. Hubo momentos difíciles que hicieron peligrar su matrimonio. Por un lado Rocío estaba enferma, tenía quistes en las mamas y dolores de estómago, iba al médico, pero no le encontraban nada. Y por el otro, Matías estaba atrapado en el vicio del alcohol.
Estas situaciones desgastaban a la pareja y los maltratos verbales por parte de Matías hacían sufrir a Rocío. “Mi vida sentimental era un caos, mi matrimonio se destruía y no sabía qué hacer. Él tenía mal carácter y me agredía verbalmente, recuerdo que estábamos pensando en separarnos por esos problemas”, cuenta ella.
A estos problemas se sumaban las dificultades económicas y las enfermedades. Continuamente iban al médico porque una de sus hijas tenía problemas respiratorios.
Un día, viendo la situación que estaban pasando, la madre de Rocío la invitó a las reuniones de la Universal. Así comenzó a participar asiduamente y aprendió a usar su fe. Con perseverancia fue viendo los cambios que tanto necesitaba en su vida. “Fui curada, los quistes desaparecieron y los dolores de estómago también. Luché mucho por mi esposo, hasta que llegó a la iglesia y se liberó del alcohol. Su carácter también cambió, ya no es agresivo y mis hijas ya no sufren por las enfermedades. La mayor también se curó del problema respiratorio que la afectaba.
Desde luego, nuestra vida amorosa está bendecida y económicamente avanzamos. Hoy puedo decir que soy feliz porque hay paz en mi casa y mi familia vive feliz. Participar de las reuniones funciona”, asegura Rocío junto a Matías.
Ellos concurren a la Universal de Santa Fe en 25 de Mayo 2660.
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