Después de casi 70 años del descubrimiento de los Manuscritos del Mar Muerto en Qumrán, cerca de Jericó, pequeños fragmentos de la obra – los más antiguos manuscritos de la Biblia encontrados hasta hoy – están a la venta secretamente y los vendedores son la familia palestina del descubridor; así lo afirma el diario británico Daily Mail.
La familia Kando, heredera del pastor de cabras que encontró los manuscritos en vasos de cerámica dentro de una cueva, es la misma que los vendió al Estado de Israel. Pero retuvieron varios pedazos pequeños, de menos de 27 mm, los que se encuentran guardados en un banco de Suiza, según el Daily Mail. Hasta hoy, existen fragmentos escritos y en blanco, que ya les ha rendido una fortuna a los Kando.
El periódico británico afirma que, en los últimos años, coleccionistas cristianos, protestantes, e instituciones de varios países han comprado los pedazos de piel animal. Israel impugna la venta, pues considera a los rollos su patrimonio histórico-religioso.
La mayoría de los manuscritos encontrados y en poder de Israel está hecha en pergamino (Piel de res limpia y estirada que se utilizaba sobre todo para escribir sobre ella), una pequeña parte en papiro, y solo una en cobre. Cerca del 90% del texto está escrito en hebreo, mientras que el resto está en arameo y en griego.
Los especialistas israelitas estudiaron y almacenaron más de 10 mil fragmentos del material. La mayor parte está en Israel, mientras que otros pedazos, como dice el Daily Mail, están en instituciones de países como Estados Unidos, Francia y Noruega.
Recientemente, el Museo de Israel publicó a través de Google, los Manuscritos del Mar Muerto digitalizados y con traducción, accesibles a cualquier usuario.
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