Sergio: “Cuando era chico, mi mamá me entregó a mis abuelos, pasé muchas necesidades. Cuando tenía entre ocho y nueve años, sufrí un abuso por parte de una tía, sentí que mi vida se destruyó. A los nueve comencé a tomar alcohol, empecé a odiarlos, hasta que decidí irme. Sufría con hemorragias nasales, eso fue terrible para mí. Vivía de prestado, pedía fiado, era una desgracia. Reaccionaba ante los problemas con bronca porque no sabía como resolverlos. Intenté formar una familia varias veces, tuve dos hijos de dos relaciones diferentes. Al ser alcohólico era irresponsable, atrevido, muy ordinario y no respetaba a nadie. Por cualquier cosa que no me salía bien, me deprimía y me enojaba. Me pasaba las noches tomando o con mujeres. Todo el tiempo pensaba en morir, en cómo provocar un accidente para concretarlo. Siempre andaba con el cuchillo en la cintura. Uno de los pocos días que recuerdo que estaba consciente, me di cuenta de que mi vida era un fracaso. A partir de ese momento entendí que necesitaba la ayuda de Dios. Conocí la Universal a través de la radio. Decidí ir y empecé a participar de las reuniones sin entender nada, pero quería la vida que decían que se podía tener a través de la fe. Decidí luchar, y con mucho esfuerzo logré salir adelante. Me liberé del alcohol y económicamente estoy bien. Tuve un encuentro con Dios y hoy, adentro mío hay alegría, gozo, paz y fe”.
Quizás, muchas veces pensó que la depresión y usted son uno. No se resigne a que sea su compañera de vida, necesita alejarse porque, en realidad, es su enemiga. La depresión usa sus emociones, pensamientos y recuerdos para atacarlo.
Participe este viernes a las 12 h en el Templo de la Fe, Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más cercana a usted. Haga clic aquí y vea las direcciones de la iglesia.
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