En 1970, un pergamino de más de 15 siglos de existencia fue encontrado entre las cenizas de una sinagoga en EinGuedi, cerca del Mar Muerto (foto al lado).
Sin embargo, los investigadores no pudieron descifrar el contenido durante esos años, porque el estado del material no era bueno. La apariencia es la de un pedazo de carbón de 7 centímetros de longitud.
Por eso, recientemente, la Universidad de Kentucky ha desarrollado una tecnología que puede escanear, de una manera tridimensional, el pergamino y, de esta manera, los investigadores descubrieron que el texto se trataba de los primeros 8 versículos del libro de Levítico de la Biblia, los cuales describen las reglas de los sacrificios para Dios.
El Señor Jesús como Sacrificio por la humanidad
Lo interesante es que uno de los versículos explica que el animal sacrificado para Dios es aceptado en el lugar de la persona que pecó. Este fragmento justifica el sacrificio de Cristo, que dio Su Propia Vida por la Salvación de la humanidad. Así como el animal moría en el lugar de la persona, el Señor Jesús murió en el lugar de todos nosotros, para que sean consumados todos los pecados.
Como está escrito en Hebreos, capítulo 10, versículo 10: “En esa voluntad somos santificados mediante la Ofrenda del Cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.”
La Biblia continúa en el versículo 12:“… pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo Sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios… ”
Por eso, solo a través del Señor Jesús es posible alcanzar la Salvación Eterna, como Él afirmó: “Yo Soy el Camino, y la Verdad, y la Vida; nadie viene al Padre, sino por Mí.” Juan 14:6
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