Se hizo famoso el caso del sudafricano Avron Moss, que a los 49 años, se quitó su propia vida para evitar el sufrimiento. Con un cáncer en la etapa terminal, Avron le pidió a la justicia que le permitiese la muerte asistida, en la que él se quitaría la propia vida. El proceso, sin embargo, tardó en resolverse y Avron tomó varios medicamentos que le causaron la muerte.
Comenzaron a surgir otros casos similares, en que las personas le piden a la justicia el derecho de terminar con el propio sufrimiento por medio del suicidio. ¿Pero eso sería piedad o asesinato?
“La persona que busca ese camino cree que la mejor y la única salida es la muerte. Pero, cuando ella comete el suicidio, está haciendo algo peor. Está cometiendo un crimen contra su propia vida. Está yendo hacia un lugar millones de veces peor, en comparación a la vida que está viviendo”, explica el obispo Francisco Dacothé, de la Universal.
El suicidio, en cualquier situación, es un asesinato. Sacarse la propia vida es atentar contra el templo del Espíritu Santo, que es nuestro cuerpo. “Solo con Dios la persona logra solucionar eso. Llenando su alma con Él, jamás alguien va a querer morir. Jamás va a atentar contra su propia vida”, destaca el obispo.
El Portal Universal.org.ar quiere saber lo que usted piensa sobre eso. ¿Usted cree que el suicido es justificable en algún caso? ¿Quién comete ese acto logra la Salvación prometida por Jesús?
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