Por menos de un dólar una pelea tuvo se inicio dentro de un ómnibus en San Paulo y terminó con el chofer dándole un tiro al pasajero. En Pakistán, un marido le dio un baño de ácido a la esposa por el “crimen” de aprender a leer y escribir. En internet, un guía que está enseñando como violar muchachas en una universidad, se destacó.
Tantas barbaries en todo el mundo hacen que algunos se pregunten “¿Dónde está Dios?”; “¿Por qué Él deja que personas así vivan?”; “¿Por qué permite tantas abominaciones?”
Hace casi 2 mil años, el Señor Jesús ya respondió a esas preguntas:
“El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.
Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.
Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?
Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?
Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en Mi granero.” Mateo 13:24-30
¿Entendió? Él mismo explica:
“El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.
De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de Su Padre…” Mateos 13:37-43
Separando el trigo de la cizaña
Cuando Jesús contó la parábola, la agricultura no contaba con las tecnologías actuales. Él trigo era cosechado manualmente, mientras que la cizaña (hierba dañina que envenena al hombre) se mezclaba con él.
Sin embargo, el trigo y la cizaña, cuando nacen, se parecen. Solamente es posible notar la diferencia entre uno y el otro en la época de la cosecha. En el caso que el agricultor elija retirar la cizaña antes de que las plantas estén maduras, podrían matar también al buen trigo que plantó.
Así es el mundo. Si el malo aún tiene libertad para actuar es porque Dios espera el momento correcto para separarlo de lo que es bueno. Él no se precipita en el juicio para que las buenas semillas no se mueran junto a la cizaña.
Aunque, por ahora, las atrocidades estén sucediendo – especialmente contra los buenos – , podemos confiar en lo que el Señor Jesús enseñó. Cómo explica el obispo Sergio Corrêa en una publicación en el blog del obispo Macedo: “El trigo fue, es y será perseguido (…) pues él sigue firmemente las pisadas de Su Señor”. Por otro, lado la cizaña “se muerde de envidia al ver los frutos del trigo llenando los graneros de reino de nuestro Señor, y entonces se transforma en un aliado del diablo para perseguir e intentar perjudicar al trigo”.
¿Quiere entender mejor cómo actúa Dios y aprender a lidiar con el mal? Participe del Encuentro con Dios, que se realiza todos los domingos, en una Universal cercana a su domicilio.
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