Cuando hay un debate sobre las cuestiones que dividen opiniones como la política, el fútbol y la religión, los ánimos se exaltan y siempre hay alguien que dice: “Sobre gustos y religión no se discute”. Esto es porque cuando se habla de religiosidad, enseguida vienen a la mente las imposiciones que ella establece. Ella separa a las personas y crea desavenencias, como lo que sucedió con Tom Cruise, que recientemente reveló que dejaría la Cientología, religión que sigue, por impedirle acompañar el crecimiento de su hija Suri. Según la revista estadounidense Star, el fin del matrimonio con Katie Holmes hizo que su hija dejara de frecuentar la religión, lo que fue mal visto por los líderes de la Cientología.
El obispo Osvaldo Ceola afirma que la religiosidad impide que las personas utilicen la inteligencia. “Ella ciega el entendimiento e impide que se tenga una comunión con Dios. No tiene nada divino, porque su comportamiento se basa en reglas preestablecidas que no conducen a la vida eterna, sino al sufrimiento y al dolor.”
Andressa Urach (reportera brasileña), es un ejemplo de alguien que actuaba ciegamente con respecto a la religión. Ella gastaba mucho dinero basada en la fe en los espíritus malignos. “Me bañaba con champagne, con miel y palomitas de maíz para abrir los caminos. Todo lo que los líderes religiosos me pedían que hiciera, yo lo hacía”, declaró recientemente en un programa de televisión.
Incluso haciendo ciegamente todo lo que le era pedido en la religión, Andressa se encontró entre la vida y la muerte, en una situación en la cual ningún acto religioso la ayudaría. “Cuando estuve en coma en el hospital después de haber tenido complicaciones a causa del hidrogel en las piernas, vi a espíritus de la muerte queriéndose llevar mi alma.”
Gracias a la fe de su madre, que no desistió de interceder por su hija, Andressa entendió que era necesario practicar una fe eficaz, que no se basara en dogmas o doctrinas, sino en las enseñanzas bíblicas. “Mi madre siempre oraba y luchaba por mí en la Universal. Fue cuando empecé a no actuar más sola, sino realmente a seguir lo que la Palabra de Dios dice sobre la fe en Dios.”
Presa a la religiosidad
La empresaria María Inez Silvino, de 65 años, depositaba toda su fe en la idolatría de imágenes y se dedicaba diariamente a las costumbres religiosas. Participaba de cursos de parejas, preparaba a los niños de acuerdo con las doctrinas y cuidaba a personas necesitadas. Pero nada de esto impidió que pasara por sufrimientos en varias áreas. “Intenté suicidarme tres veces, bebía y fumaba mucho y tomaba calmantes muy fuertes.”
Después de llegar al fondo del pozo, María Inez reconoció que no podía depender más de la religiosidad. “Seguía una fe en un dios muerto. Un día llegué a la Universal y aprendí a no vivir más la religiosidad, sino a tener una fe obediente y verdadera.”
Los frutos de la obediencia
Argumentos religiosos como decir que todo es una “prueba” de Dios, contraría a la fe inteligente y derriba los derechos que Dios les ha dado a las personas de realizar sus sueños. El obispo Osvaldo destaca que los religiosos conocen la parte teórica de la fe, pero por no practicarla, terminan fracasando. “Por la falta de la acción de la fe, viven una vida mediocre, culpando siempre a las ‘pruebas’.”
La funcionaria pública Ieda María de Jesús, de 34 años, orientó por mucho tiempo a varias personas en una iglesia, con su ex marido que era ayudante del pastor. A pesar de conocer varios pasajes bíblicos, no practicaba en su vida lo que predicaba. “Yo limpiaba la iglesia, hacía oraciones con él, pero peleábamos y teníamos un matrimonio fracasado.” Para ella, todos los problemas formaban parte de la cruz que tenía que cargar.
Después de su separación, en lugar de buscar ayuda en la religión, Ieda se indignó con la situación. “Busque a Dios en varios lugares, pero fue en la Universal que aprendí a ejercitar mi fe y que es necesario vivir lo que está escrito para tener un compromiso con Dios.”
Para estimularnos a usar la fe ilimitada, Dios nos ha dejado en la Biblia lo que se necesita para despertarla a través de los mandamientos, direcciones, consejos y exhortaciones. “La fe es una confianza total en lo que Dios prometió, y la certeza de que Él lo cumplirá , venga lo que venga, porque Dios está vivo y nunca falla”, concluye el obispo Osvaldo.
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