Algunos libros son disputadísimos en las librerías, tienen una fila esperando para comprarlos y hasta llegan a ser bestsellers. Los amantes de los libros, después de tenerlos en las manos, pasan horas leyéndolos, la lectura les resulta placentera, los entretiene, los intriga y los educa. Pero cuando terminan con la última página, ¿qué queda?
No podemos negar que adquirimos ideas concebidas por el autor cuando compramos su libro. Sea un clásico, una ficción o relatos de la vida real, profundizamos y tomamos conocimientos de lo que el escritor está diciendo. Y si es necesario compramos la edición actualizada o los libros de la saga para darle continuidad a lo que estábamos leyendo.
Pero hay un libro que se renueva todos los días, con palabras que no están detenidas en el tiempo o en el espacio. Es una obra que llega a todas las personas, independientemente de su clase social, la época en la que vive, su raza o las necesidades que tengan. ¿Cómo se explica eso? Dios deja su mensaje por medio de la Biblia y tal vez usted no se ha dado cuenta.
Meditar para ser
Quien desea profundizar en conocer al Autor de la Biblia, pero no sabe cómo, tiene un óptimo incentivo en el blog de Viviane Freitas. De lunes a viernes, la escritora medita en el libro de Juan, hasta llegar a 100 días de lectura. “Estamos en la fe de dar el 100% en los primeros días del año para interesarnos en los pensamientos de Dios. Para eso, tenemos que disciplinarnos para dedicar ese tiempo como si fuese algo sagrado, dejando de estar ansiosas, preocupadas y agitadas, para meditar por la mañana”, aconseja.
El objetivo es que la internauta se convierta en un testimonio del Autor de la Palabra, que tenga una experiencia personal con el propio Dios”.
Ellas viven la experiencia
Tatiane, de 22 años, cuenta su experiencia en este propósito. “Cada día ha sido un aprendizaje. Ya había leído el libro de Juan, pero no lo había leído tan profundamente como ahora. Para mí meditar en la Palabra de Dios es traerlo a mi vida, colocarlo en práctica y por encima de todo analizarme a mí misma”.
Michele, de 25 años, cuenta: “Era lo que yo buscaba, aproximarme más a Dios, entender y comprender más la Biblia, oír Su voz. Cuando estamos cerca de Dios, logramos oírlo. Comencé a meditar en cada palabra, también comencé a verme en todo lo que leía. Eso hizo que yo comience a evaluar mi vida”.
Para ella, meditar en las palabras que contiene la Biblia es fundamental para saber quién es Dios. “Para conocer a alguien, tengo que tener tiempo para esa persona, no puedo conocer a alguien solo oyendo lo que las otras personas opinan sobre él.
Así es con Dios: meditar en la Palabra de Dios es conocerlo, oírlo. Quien desea agradar a Dios necesita meditar en Su Palabra. Si no hace eso, no sabrá qué es lo que Dios espera de ella. Ser un testimonio es mostrar, no con palabras, sino con actitudes”, concluye.
Si desea ser parte de este propósito de lectura de la Biblia, así como lo hicieron Michele y Tatiane, comience el desafío en el site vivianefreites.com.
Algunos secretos
Leer la Biblia por la mañana, con la mente descansada, es una forma de mostrar que Dios es su prioridad. Para que la meditación sea eficaz, es indispensable pedir a Dios, en oración, que le enseñe, que hable con usted. También es importante tener disciplina y determinar que hará la lectura todos los días. Las principiantes pueden comenzar la lectura por los primeros libros del Nuevo Testamento, porque ellos tienen un lenguaje más fácil de ser asimilado.
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