Las 5 Etapas del Proceso para Cosechar y Disfrutar lo que Dios Prometió.
Todos desean cosechar y disfrutar el fruto de su dedicación, esfuerzo, fe y fidelidad, pero no todos conocen ni respetan el proceso que precede a la cosecha. Por eso, muchos se frustran al no ver cumplidos sus objetivos, metas y sueños.
Dios no falla. Su Palabra es Fiel, pero la cosecha no llega sin proceso, y ese proceso aplica a todos, sin excepción.
Acá lo explico de forma simple, clara y espiritual:
1.º Limpiar la tierra
Antes de sembrar, hay que preparar la tierra.
– Combatir los malos pensamientos.
– Alejarse de las malas influencias.
– Eliminar el contenido inútil.
– Superar la indolencia y la negligencia.
La tierra del corazón debe estar libre de basura espiritual. Sin limpieza, no hay espacio para lo nuevo.
“… desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la Palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”. Santiago 1:21
Quien limpia su corazón, limpia su destino y garantiza su Salvación.
2.º Arar la tierra
Una vez limpia, hay que remover en lo profundo.
– Sacar las dudas, los miedos y los traumas.
– Orar y meditar en la Palabra.
– Cuidarse física y emocionalmente.
– Buscar seguimiento espiritual: Pastor, Esposa de Pastor, Obrera, Colaborador.
Arar es doloroso, pero necesario; es el paso que rompe la dureza y permite que la semilla penetre la tierra.
“… Arad campo para vosotros, y no sembréis entre espinos”. Jeremías 4:3
El que cava profundo encuentra agua limpia y fresca.
3.º Sembrar buenas semillas
Cuando la tierra está lista, es momento de sembrar.
– Practicar la Palabra de Dios.
– Obedecer con o sin voluntad lo que Dios ha mostrado.
– Servir con fe, gratitud y confianza.
– Ser diligente, responsable y disciplinado.
Cada acto de obediencia es una semilla. Lo que sembramos hoy, lo cosechamos mañana.
“… el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará Vida Eterna”. Gálatas 6:8
El que siembra gratitud, cosecha bondad.
4.º Esperar las lluvias (de la primera a la última)
La semilla necesita agua para crecer.
– Dominar la ansiedad y las preocupaciones.
– Hacer lo que está a nuestro alcance.
– Ocuparse de cosas productivas.
– No desesperarse, confiar.
Las lluvias llegan a su tiempo. No podemos acelerar el cielo o la lluvia, pero sí podemos prepararnos para recibirla.
“Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca”. Santiago 5:7-8
La paciencia es la llave del alivio.
5.º Cosechar el fruto
Después de todo el proceso, llega la recompensa.
– Disfrutar las bendiciones en el matrimonio, la familia, el trabajo y la iglesia.
– Testificar con gratitud en las reuniones, en el diario El Universal, en la radio Red Aleluya y en UNIFE.
– Honrar al Señor con lo recibido.
– Servir a Dios, a Su Obra y a Su pueblo más y mejor.
La cosecha es dulce para quien sembró con fe y esperó con perseverancia.
“Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán”. Salmos 126:5
Quien planta dátiles no lo hace para sí, sino para sus hijos.
Mientras tanto, perseverá. Aun cuando no veas resultados inmediatos, cuidá lo más importante:
– Tu alma.
– A tu cónyuge.
– A tus hijos y a tus padres.
La perseverancia es el puente entre la siembra y la cosecha. No abandones el proceso; Dios no Se olvida de lo que sembraste.
«Con vuestra perseverancia ganaréis vuestras almas”. Lucas 21:19
La constancia vence lo que la fuerza no puede.
La cosecha en el mundo sobrenatural no es magia, sino algo espiritual; y el proceso no es un castigo, sino una preparación.
– Quien respeta el proceso, disfruta el fruto.
– Quien persevera, testifica.
– Quien obedece, cosecha.
Hacelo durante esta primavera para cosechar cosas buenas como nunca lo hiciste en toda tu vida.
¡Nos vemos en la IURD o en las Nubes❗️
Obispo Julio Freitas