Cada vez que necesito ir al centro comercial para comprar algo (cosa que odio hacer), lo peor que puede suceder, además de que el lugar esté lleno, es oír del vendedor que lo que necesito no se encuentra en stock; es decir, que tendré que pagar y esperar en casa para recibir esa mercancía.
¡Odio eso! ¡Y creo que no soy el único!
Vivimos hoy en una sociedad inmediatista. Queremos todo para “hoy”; y en algunos casos, si fuera posible, para “ayer”.
Sin embargo, con relación a las cosas espirituales, a muchos no les ha importado esperar.
¿Cuántos son los que han frecuentado iglesias desde hace varios años (incluyendo la Universal) y todavía no conocen a Dios, no han sido sellados con el Espíritu del Altísimo?
¿Y por qué sucede esto?
Porque no les importa salir de una reunión, de participar en el Ayuno de Daniel, sin llevarse a “casa” aquello que estaban buscando.
Cuando Jesús le dio a Zaqueo la oportunidad de cambiar de vida, Él usó la palabra “hoy” dos veces.
“Cuando Jesús llegó al lugar, miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, date prisa y desciende, porque HOY debo quedarme en tu casa.” Lucas 19:5
Zaqueo descendió inmediatamente. Él no lo dejó para después. Él no Le pidió a Jesús que volviera a poner una fecha para que él pudiera arreglar la casa, comprar una comida mejor, etc.
Actuó inmediatamente, descendiendo del árbol con toda rapidez para recibir a Jesús con alegría.
Ya en su casa, en la presencia del Señor Jesús, él no esperó a que alguien le dijese qué hacer, pues el Propio Espíritu Santo le habló a la conciencia.
¿Qué hizo Zaqueo?
De nuevo actuó de inmediato. Él no podía ni quería perder la tan grandiosa oportunidad que se le estaba dando.
“Y Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguno, se lo restituiré cuadruplicado.” Lucas 19:8
Allí al instante, delante de todos, él asumió sus pecados, reconoció sus errores y agarró la oportunidad de recibir la mayor de todas las bendiciones: la Salvación del alma.
Y Jesús le dijo: HOY ha venido la salvación a esta casa, ya que él también es hijo de Abraham; porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lucas 19:9-10
Jesús no quiere esperar para poder bautizarle con el Espíritu Santo. Él no quiere esperar para poder salvarle.
¡Él lo quiere a usted HOY!
La pregunta que queda en el aire es: ¿Quiere usted dejar atrás la vida de pecados, los resentimientos y los placeres de este mundo sucio HOY?
Jesús está (en la persona del Espíritu Santo) en este preciso momento dentro de su casa, así como Él estuvo en la casa de Zaqueo.
Y con certeza lo que Él más quiere es decir: “- HOY él/ella fue bautizado con Mi Espíritu.”
Depende solo de usted.