Un grupo de arqueólogos y expertos en asuntos religiosos presentó en Nueva York las conclusiones de una investigación con la que aseguran haber obtenido por primera vez evidencias arqueológicas de la cristiandad en tiempos de Jesús en una tumba localizada en Jerusalén hace tres décadas.
“Hasta ahora me parecía imposible que hubiesen aparecido tumbas de ese tiempo con testimonios fiables de la resurrección de Jesús o imágenes del profeta Jonás, pero las evidencias son claras”, afirmó hoy a Efe el profesor James Tabor, director del departamento de estudios religiosos de la Universidad de Carolina del Norte.
La tumba en cuestión fue descubierta en 1981 durante las obras de construcción de un edificio de apartamentos en el barrio de Talpiot Este, a menos de cuatro kilómetros de la Ciudad Vieja de Jerusalén, en el mismo emplazamiento donde un año antes se encontró lo que algunos creen que fue la tumba perdida de Jesús y su familia.
Tabor, junto al profesor de Arqueología de la Universidad de Nebraska, Rami Arav, y el cineasta canadiense de origen judío Simcha Jacobovici, obtuvieron permiso de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AII) para excavar el lugar durante 2009 y 2010, y fruto de esos trabajos son las evidencias presentadas hoy en Nueva York.
En uno de los osarios encontrados, que los expertos sitúan en torno al año 60 después de Cristo (d.c), se puede ver la imagen de un gran pez con una figura humana en la boca en lo que los expertos interpretan como una representación que evoca al pasaje bíblico del profeta Jonás.
La investigación, realizada con un equipo de cámaras de alta tecnología, les permitió descubrir también una inscripción griega que, en su opinión, hace referencia a la resurrección de Jesús, según detalló a Efe el profesor Tabor, quien añadió que fueron realizados “por algunos de los primeros seguidores” de Jesús.
“Nuestro equipo se aproximó a la tumba con una suerte de eufórica incredulidad, pero las evidencias que encontramos son apabullantes y nos han obligado a revisar todas nuestras presunciones anteriores”, añadió el experto, quien acaba de publicar un libro con todas las conclusiones de su investigación.