Mucha gente buena y sincera desea volver al Primer Amor, pero no lo ha logrado a causa de la barrera del arrepentimiento, el cual exige actitudes sacrificiales. Muchas veces es engañada por el sentimiento del remordimiento. Pero el arrepentimiento implica actos de fe que no tienen nada que ver con los sentimientos del remordimiento. El remordimiento gime de dolor, pero no se aleja del pecado.
A veces, el corazón finge y engaña. Hace que su víctima piense que se arrepintió debido a la tristeza por el pecado cometido. En ese momento, ella llora, jura y promete no repetirlo nunca más. Puro engaño. Al día siguiente, allá está de nuevo disfrutando el sabor del pecado.
El hecho es que, si depende de sentir para arrepentirse, jamás habrá arrepentimiento y perdón y Salvación.
Cuando el SEÑOR dice:
Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. Apocalipsis 2:5
Él muestra que el arrepentimiento tiene que estar acompañado de la práctica de las primeras obras. Eso requiere el sacrificio del abandono del pecado.