Una escena se repite en los puentes de la ciudad del amor, principalmente en aquellos que están sobre el río Sena. Una cerradura suelta contenida en una caja de metal que sirve para asegurar un amor, nada más ni nada menos que un candado ha servido durante años como símbolo para representar una promesa de amor eterno.
Miles de parejas, se acercan a la Pasarela de Solferino, entre otras, para dejar un candado grabado con sus nombres, la fecha y corazones. Después de colocarlo en el puente tiran las llaves al río para que guarde para siempre en el fondo de sus aguas la promesa de amor.
Lo que motivó que los candados se hicieran presentes en los principales puentes del planeta fue una práctica habitual en el este de Europa que en 2008 irrumpió con fuerza en París. Una novela romántica de Federico Moccia y la posterior escena cinematográfica presentaban esta escena en el Ponte Milvio de Roma.
Esta inédita costumbre, aunque muy romántica por cierto, hace peligrar la estructura del puente, por lo que la alcaldía tendrá que deshacerse de las promesas de amor que encierran los candados. Cabe preguntarnos si la promesa de amor se rompe cuando se retiran los candados o si nada puede afectar al amor.
Alimentando al amor
Lo que hace que una historia de amor sea eterna es la dedicación incondicional del uno al otro, darse por entero a la pareja y entender el verdadero significado del matrimonio. Los detalles especiales no necesitan ser regalos caros, ni extravagantes, sino con un gran significado para los dos. Los mejores recuerdos son esas pequeñas cosas vividas con intensidad y alegría.
Renato Cardoso, autor de Matrimonio Blindado, aconseja prestar atención a las pequeñas cosas que a su pareja le encantan o que necesita. Actitudes simples pueden ser consideradas románticas y profundas demostraciones de amor.
Terapia del Amor este jueves a las 16 y 20 en Av. Corrientes 4070, Almagro.
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