Existen muchas situaciones que pueden llevar al cristiano a estar frente a esa situación, sin embargo, es importante recordar que la fidelidad a Dios debe estar por encima de cualquier cosa o circunstancia. El diezmo debe ser separado de las primicias de todo lo que el cristiano recibe.
Dejar de hacerlo es dar al devorador la libertad para actuar. Muchos de los que actúan así pasaron por grandes dificultades, lo correcto es servir a Dios en primer lugar y después a los demás.
Honra al Señor con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto. Proverbios 3.9-10
(*) Respuesta sacada del libro “Cómo ser un diezmista fiel” del obispo Macedo.